Capítulo 6

1178 Words
 -¡¿Qué quieres que haga que?!- Ethan no podía creer lo que Julian le estaba sugiriendo -Dijiste que ayer mantuviste una conversación amigable con Kate -¡Si!- dijo casi exasperado – y te lo dije, para que tu estuvieras tranquilo, ya que te veías bastante preocupado porque ella se sintiera incomoda, y no se adaptase a la mansión. -Lo sé, pero… solo necesito el sábado. -Julian.- lo corta Ethan– soy tu amigo, pero no te harás pasar por mi para poder hablar con ella -¿Por qué no?- pregunta este sin comprender -Lo haría muy bien, de hecho. Ya casi te tengo imitado, mira- le pide.   Julian hizo una pose extraña fingiendo estar despreocupado. -Parece que quieres ir al baño -¿Quién quiere unas pizzas?- dijo Julian tratando de imitarlo, ignorando por completo el comentario anterior. -En definitivo.- dijo Ethan mirándolo perturbado – tu ya enloqueciste. La mirada del rostro de Julian, pasa del fingido relajamiento, a una de impaciencia – ¡Pero es la única forma! -Debes gustarle por ser tu. – lo mira casi compadeciéndolo – no porque finjas ser otra persona -No deseo que me ame fingiendo ser tu. No es mi deseo que se enamore de ti. -Eso era de suponer - Tampoco deseo que se enamore de mi enseguida, quiero primero volver a ser su amigo -Entonces pídeselo.- suelta cansado – vamos, no puede ser tan complicado. -quizás lo sea.- dice Julian mientras se cruza de brazos -Mira, no creo que puedas fingir ser yo. La diferencia entre tu y yo, se nota de lejos. -Somos casi iguales.- le refuta Julian -No hablaba del físico.- dice mientras le dirige una mirada irritada – pero tú no podrías fingir ser yo, es decir ¿Quién podría? No te culpo, soy sensacional. Julian rueda los ojos en un acto involuntario. -No pongas esa cara. -¿Cuál cara?- pregunto Julian.  -La cara de “no puedo creer estar atrapado con este payaso” -Jamás he dicho que seas un payaso.- objeto él. -Si, pero jamás has dicho lo contrario -Buen punto.- dijo Julian mientras se levantaba de la silla. Cuando se acerco a sus libros, su mirada cambio por completo.- Ethan.- dijo en medio de un suspiro .- me lo debes. Esas simples palabras hacen que todo aquel ambiente divertido cambie, casi como si el aire hubiera decidido tornarse denso. -Tu sabes que me lo debes Ethan siente una indecisión crecer en su interior, sabia que permitir algo como eso era un error, ¿Pero cómo podía negarle algo a Julian? Porque… tal y como el lo había dicho; él se lo debía. -Solo este sábado. Cuando se dio la media vuelta, sintió que esta había sido una batalla que había perdido. Porque después de todo, cuando accedes a algo, ¿Qué te garantiza que no lo vuelvas a hacer? Solo esperaba que este no fuera el inicio de un mal juego, uno que claramente podría salírseles de las manos a los dos en cualquier momento. *** Después de la boda de ayer, Kate se fue a su cama, y trato de dormir sin éxito alguno. Ya era bastante tarde, y las sombras de la noche se habían colado por su habitación sin problema. Mando un mensaje a Gabriel, tratando de contarle de la forma mas resumida posible todo lo acontecido en estos pocos días. Nunca espero que el pudiera contestarle de regreso a esas altas horas de la madrugada. “No suena tan mal” “Gabriel, ¿Qué haces despierto a estas horas?” “Soy una nueva especie de búho nocturno” “¿Cómo así contestas a estas horas?” “¿Acaso no me escribiste para que te contestara? “ja.ja” “Espero estés bien Kate. Ya te extraño, y también a tus pastelillos, sobre todo a tus pastelillos, oh deliciosos pastelillos, sin ti, ya no hay nadie quien los compre.” “Cómprate tus propios pastelillos, Gabriel” “¿Y perder semejante tradición? No, gracias” “¿Cómo van las cosas en casa?” “Bien. Alicia crece cada día mas rápido, ya casi esta hablando, bueno… casi, pero le gusta mucho decir guuuu anguuuu. Es adorable cuando lo dice, deberías verla pronto” “tiene apenas 3 meses” “niña prodigio” “quizás deba irme a dormir ya, mañana trabajo” “Si, yo también. Hasta mañana, Kate. Pronto nos veremos.” “No te esfuerces demasiado.” “No tienes idea, hasta mañana” *** Cuando Gabriel apago el teléfono, aprecio la oscuridad de su cuarto, no es que realmente hubiera algo que apreciar, de hecho, no podía ver nada. Pero por alguna razón él siempre había podido ver la belleza en las cosas sombrías. El llanto de Alice lo despierta a mitad de la noche, así que se levanta hasta el cuarto de su hermana. -¿Qué pasa? -Creo que los gases no la dejan dormir -Ya te dije que apenas ella termine de comer, debes sacarle los gases, no debes dejar que se duerma, de lo contrario un cólico fuerte de esos nos puede llevar directo al hospital. -No tenemos dinero para costear un hospital. -exacto Gabriel se acerca a su hermana, -déjame te ayudo.- dice mientras estira sus brazos y ella le entrega a su hija de inmediato. -Deberías descansar, mañana tienes trabajo- objeta su hermana -Soy un hermano y un tío a tiempo completo.- dice - ¿Quién necesita dormir? -Los humanos.- le contesta ella triste -Esta es la gran ciudad de Nueva York ¿Quién duerme?-dijo al tiempo que estiraba una sonrisa Ella hubiera querido considerar aquel gesto como algo divertido, pero sentía pena por su hermano, por todo lo que él estaba sacrificando debido a la irresponsabilidad de ella. Ella no estaba en condiciones de tener un hijo, debió cuidarse mejor. Ella no trabajaba, y había tenido que abandonar la carrera que estaba estudiando para cuidar a su hijo. Si había alguien a quien echarle la mitad de la culpa, esta correspondía al supuesto hombre que dijo haber jurado amarla, pero que, en cuanto pudo la abandono. Angelica siempre había pensado que su hermano le tenía fastidio, antes siempre se peleaban por todo, en su tiempo, ella renegó de haberlo tenido a el como hermano.  Pensando que el universo podría haberle mandado a uno mejor. Hasta que todo sucedió. Cuando se enteró de la noticia de que estaba embarazada, y su supuesto novio la abandono, ella acudió a él, y en vez de rechazarla como ella había supuesto que haría, al contrario de eso, estuvo ahí para ella. Entonces comprendió, que la familia no era aquella que no se peleaba nunca, más bien era aquella que permanecía unida ante las dificultades, porque jamás te dejarían atravesar un campo minado solo. Aquella que, al verte en problemas, puede dejar de lado todas sus discrepancias porque se preocupan por ti, porque desean verte a salvo, porque te aman. Y el amor, no era algo que se pudiera esconder. 
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