Encuentros inesperados

1401 Words
Tres años antes Narra Elizabeth Mi nombre es Elizabeth Goldstein, pero todos me dicen Liz, nací y crecí en New York pero ahora estoy viviendo en Londres porque mi papá Robert Goldstein me hizo la nueva directora y dueña de esa empresa. Mañana tengo una importante reunión con el Señor Shape, lo envío a mi papá porque según él es uno de los más importantes empresarios de acá y dijo que está bueno que hagamos proyectos juntos la verdad es que no lo conozco pero si mi papá lo dice lo haré, no es que me alegre tanto verlo. Estaba saliendo de una importante cafetería, donde hacen el mejor café de Londres todas las mañanas paso por ahí antes de ir a mi empresa, estaba tan distraída por qué me habían mandando un mensaje que no me di cuenta que choque con alguien y accidentalmente le había tirado mi café encima. -¡Mierda!--Dijo el señor al que choque por accidente. -¡Dios!, lo siento mucho, déjeme ayudarlo. Lo siento, lo siento mucho-Dije realmente apenada-venga déjeme asistirlo. -Está bien, ya pasó. -No, no, déjeme ayudarlo, por favor. Dije todavía apenada, es que realmente lo lastimé, cuando levanté la vista ví que me estaba mirando fijamente, le sonreí y le volví a hablar. -Venga por favor. -No hace falta, de verdad.- dijo con una sonrisa. -¿Cómo que no?, Si debo fijarme si no se hizo una quemadura grave, por favor déjeme ayudarlo. -Esta bien. Dijo con otra sonrisa y ambos fuimos hasta un lugar un poco más privado en la cafetería. -Yo...yo necesito que se saque la...la camisa por favor.---Dije un poco nerviosa. Pero él alzó una ceja y me puse un poco más nerviosa. -¿Disculpe?- pregunto con una sonrisa bastante arrogante. -No se crea la gran cosa, necesito ver qué tan grave es la quemadura. Dije segura de mi misma y me di la vuelta para sacar mi estuche de primeros auxilios. -¿Es alérgico a algún medicamento? Dije aún de espaldas mientras me ponía los guantes. -No señorita no soy alérgico a ningún medicamento, ¿Para que quería saber eso? -Por qué voy a ponerle una pomada y una gasa curativa para su quemadura y no quiero ocasionar algo más grave. Dije mientras cortaba las gasas necesarias, cuando me di vuelta no podía creer lo que veía, su abdomen perfecto, negué con la cabeza y me concentré. -¿Está todo bien señorita? -Si, pero no creí que la marca de la quemadura fuera tan grande. -No se preocupe, se pasará rápido. -Y se pasará más rápido después de colocarle esto, siéntese por favor. Dije con una sonrisa y él solo obedeció, agarré la crema y se la empecé a pasar por toda la marca roja. -¿Cómo es que una señorita tiene todo esto en el bolso? -Mi tía es doctora y siempre me dice que es necesario tener un neceser de primeros auxilios. -Una respuesta muy válida. ¿Y esa crema que me está poniendo es..? -Es una crema anestésica de acción tópica, quédese tranquilo que no le queda ninguna marca. -No me importaría si esa marca me recuerda a usted. -Muy gracioso. Después de eso ninguno de los dos volvió a hablar, cuando termine me levanté y empecé a guardar todas mis cosas, menos un frasco que tenía, pero cuando gire me di cuenta de la mancha en su camisa. -Oh, creo que le debo una camisa. -Ya me curo no me debe nada. -Pero su camisa está manchada por mi culpa. -No es su culpa, quédese tranquila. Cuando iba a responder mi celular empezó a sonar. Llamada. -¿Hola? -Liz, el señor Samuels te está esperando. -Oh por dios, dile que me espere diez minutos ya salgo para allá. -Hola preciosa, ¿en dónde estás? -Seb, cuánto lo siento, tuve un pequeño inconveniente, pero en diez minutos estoy ahí. -No te preocupes, te espero todo el tiempo del mundo. -Diez minutos lo prometo, beso. -Otro para ti preciosa. -Deja de decirme así. -Jamás. Iba a responder pero él me cortó la llamada, negué con la cabeza y volví a guardar mi teléfono, agarre el envase y lo volví a ver. -Lamento todo lo de hoy en serio y sinceramente no tengo tiempo en comprarle una camisa nueva, pero si me da una dirección yo se la puedo mandar. -De verdad no hace falta, ya con lo que hizo está más que disculpada. -Ok, tomé póngase está crema después de cada ducha para que no le quede ninguna marca. -No hace... -Por favor, estaré más tranquila si usted la acepta. -Está bien, muchas gracias. -No hay de que, bueno me tengo que ir, me están esperando. -¿La está esperando su novio? Dijo pero al parecer se arrepintió al instante que lo dijo. -No no me espera mi novio si no un amigo, nos vemos en otra ocasión señor.... -Tom. -Bueno nos vemos señor Thomas. Agarré todas mis cosas y me fui de ahí antes de que él pudiera decir algo más, subí al auto y Matt empezó a conducir hacia la empresa, después de diez minutos puede llegar tranquila, baje del auto y entré directamente a la empresa, cuando llegue hasta mi piso ahí estaba mi secretaria. -Buenos días Emily. -Buenos días Liz, ¿Cómo estás? -Atrasada, muy atrasada-dije con una sonrisa. -El señor Samuels está en tu oficina. -Gracias Emi. Después de la junta me podrías traer la agenda de hoy y un café. -Si yo te lo llevo, pero...¿y el tuyo? -Larga historia. Dije y entré a mi oficina, y ahí está Sebas mirando unos papeles. -Buen día, ya llegué. -Hola preciosa, ¿Cómo estás? -Bien, ¿Y vos? -Bien, esperando por ti, en media hora tenemos una junta, así que, ¿Qué te pasó? -Un pequeño incidente en la cafetería. -¿Estás bien? -Si, es que cuando iba saliendo estaba distraída y sin querer volqué mi café sobre otra persona y me quedé a asistirlo. Dije mientras me sacaba mi saco y agarra unas carpetas. -Lo bueno es que ninguno salió lastimado. -Él se llevó la peor parte, pero eso ya no importa, ¿Vamos? -Si, por cierto, ¿Ya tenés todo para la reunión que tenés con el señor Shape? -Si ya tengo todo preparado. Dije con una sonrisa y ambos salimos de mi oficina para ir a la sala de juntas, después de una hora y media de reunión y presentación estábamos saliendo de la sala. -Bueno señorita Goldstein ha sido todo un placer hacer negocios con usted. -Lo mismo digo señor Miller, nos vemos en dos meses en Suiza. -La esperamos, que termine bien su día. -Y que usted tenga un buen vuelo. Estrechamos las manos y él se fue, después de terminar de despedir a todos volvimos a mi oficina. -Bueno felicidades lo lograste otra vez. -Lo logramos sabes perfectamente que no lo podría hacer sin ti. -Me encanta que las chicas agranden mi ego, pero vos no sos cualquier chica, sos especial para mí, así que en este caso no me llevaré el crédito por todo tu esfuerzo, así que para felicitarte como corresponde te invito a almorzar. -Perfecto por qué muero de hambre. Dije con una sonrisa, tomé mi abrigo y ambos salimos de mi oficina. Cuando llegamos al restaurante estuvimos hablando de cosas al azar y disfrutando de la compañía del otro como siempre. Cuando me fijé la hora eran las ocho de la noche, no podía creer que fuera tan tarde. Salí cerré con llave mi oficina y me fui a casa. Al día siguiente llegué a mi oficina con mi rico café y empecé a preparar la carpeta que tenía que ser revisada y hablada con el señor Shape, estaba concentrada leyendo que el ruido del teléfono me sacó de mi lectura. Llamada. -Señorita llegó el señor Shape. -Hazlo pasar por favor. -Por supuesto. -Gracias. Colgué la llamada y me levanté para buscar unos papeles que me faltaba hasta que escuché como golpeaban la puerta. -Adelante. Escuché que abrían la puerta y cerraban la puerta, cuando encontré los papeles que me faltaban me di la vuelta para ver al Señor Shape, pero lleve una gran sorpresa, era el señor que había chocado accidentalmente ayer y por lo que veo el también estaba sorprendido. -¿Usted?-dijo con el ceño fruncido.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD