Leidenschaft (Pasión)

Capítulo 6

Elí notó que a Sara le pasaba algo, también notó que miraba al profesor nuevo de una forma rara pero no indagó en los hechos.

A Sara no le gustaba ser interrogada, si algo le pasaba ella elegiría el momento en el que contarlo, así que no la ponía bajo presión al igual que Sara tampoco le ponía bajo presión a él. Con el tiempo habían aprendido a confiar el uno en el otro, confiaban en su amistad y en que si alguno de los dos pasaba por algo o necesitaba de algo, siempre tendría el apoyo incondicional del otro.

Pocos entendían la relación entre ellos dos, muchos pensaban que eran amantes o novios mientras que lo que les unía era compañerismo, amistad y confianza.

Sara le resto importancia al asunto convenciendose de que era solo una rara casualidad, ella necesitaba el libro para un proyecto de matemáticas y él era el profesor de aquella misma asignatura por lo que no era tan raro que los dos andarán buscando el mismo libro.

Por suerte era la última clase del día ya que ella no pudo concentrarse ni un poco. Estuvo dibujando hombrecillos en su bloc de notas durante casi toda la clase. De vez en cuando Leo y ella cruzaban las miradas.

El se sentía emocionado cada vez que la veía mirarle y apartar la mirada cuando él también la estaba mirando.

Ella sentía que todo era muy surreal, más de una vez pudo jurar que el profesor le guiño un ojo pero le parecía tan imposible que simplemente lo dejó pasar.

Cuando terminó la clase ella casi se quedaba dormida, solo quería echar la cabeza.

Nada más dar la hora se empezó a escuchar el murmullo de los demás alumnos recogiendo sus pertenencias, señal de que la clase ya había terminado.

Sara echó todo el aire de sus pulmones dando un largo suspiro.

-No me he dormido por purísima suerte,- dijo mientras se recostaba en el hombro de Eli y cerraba los ojos.

-!Ay mi niña!- exclamó Eli de manera exagerada.

Sabia que las matematicas eran una tortura para Sara, las clases le abrurrian y al final siempre tenia que explicale la materia.

-¿Quieres saltarte el entrenamiento?

-!!!No!!! , solo quiero que me compres un café bien cargado y una palmera de chocolate kinder.- dijo ella aun con los ojos cerrados.

Ella solo necesitaba unos minutos de paz, además de repente se le antojo su dulce favorito así que aprovecho para hacerle pucheros a Eli, siempre funcionaba.

-Solo porque te quiero en forma para esta nnoch...- dijo mientras le pasaba el pelo por la oreja, luego empezó a recoger las cosas de Sara que seguían esparcidas por la mesa.

A Leo no se le escapó nada de lo que pasaba un par de filas más allá.

“Tanto le aburri que solo quiere tirarse encima del otro” pensó mientras les seguía mirando y fruncía el seño.

Se moría por quitarsela de los brazos pero no era quien, ni se conocían, sólo sabía lo que ponía en el acta de la universidad.

Si, así es. Él la investigó personalmente. Lo común era entregárselo a su secretaria o a alguno de sus empleados de confianza pero como estaban lejos y no quería perder el tiempo lo hizo el mismo.

Sara era buena estudiante, en matemáticas no sobresalia pero tenía buenas notas y en las otras materias era sobresaliente. También busco el acta de su “novio” , también tenía notas sobresalientes . Por las direcciones en el acta pudo ver que no vivían juntos pero que desde que entraron a la universidad sus asignaturas eran casi las mismas.

Leo no pudo aguantar más, se acercó a la pareja.

-¿Está tu novia bien?- Leo pregunto por la “novia” con la esperanza de que lo negara.

-Si, solo necesita un minuto.- Eli no se molestó en decir que no era su novia, ya no se molestaban en aclarar su relación como al principio.

Sara dio un saltito casi desapercibido al reconocer la voz del profesor bonachón pero se negó a abrir los ojos lo que le costó muchísimo, se moría por mirarle.

-Ok.- que tengan un buen fin de semana.- Leo se tuvo que despedir con resignación, él no negó que fuese su novia, lo cual lo decepcionó pero no le era un impedimento, estaba decidido a ir a por ella.

-Gracias, lo tendremos e igualmente.

Leo se alejó de ellos y se dedicó a ordenar unas hojas que en realidad ya estaban ordenadas, se negaba a dejarlos solos en el aula.

-Venga, Nena, levanta, se nos hace tarde.

-Solo un momento, porfa.

-Como quieras, pero hoy es viernes y La Campana solo abre hasta las cuatro de la tarde, además aún tenemos que entrenar y prepararnos para ir con los demás al White…

-¿Qué tal si me compras el café de camino al entrenamiento y mañana vamos tranquilos a La Campana?- en realidad sara necesitaba despejarse y no podía faltar al entrenamiento hoy así que decidió ir mañana a la cafetería así comería su palmera con más tranquilidad.

Recogieron sus cosas y salieron del aula.

Sara no pudo evitar echar un último vistazo a donde estaba el profesor macizo y para su sorpresa el también la miraba.

No pudo evitar recorrerlo con la mirada. Estaba recostado en el asiento, con un botellín de agua en su mano izquierda. Su mano derecha se levantó hacia sus labios limpiándose lentamente los restos de agua de sus labios carnosos, mientras miraba a Sara firmemente con una media sonrisa.

A Sara le latió el corazón más deprisa, si antes tenía dudas de si el profesor se le insinuaba o no, ahora las dudas ya se habían esfumado.

A Sara le pareció lo más caliente que había visto hasta el momento.

Por otro lado Leo sacó el móvil y le envió un W.app a Sergio.

{- tienes hambre?}

{-Siempre.}

{-Cena ligera en el Goya y luego poco de fiesta}

{-Espera! quien eres? le has robado el móvil a Leo y quieres quedar para violarme y robar mi móvil? El Leo que yo conozco es un aguafiestas, se la pasa trabajando y cuando logro sacarle a rastras de su despacho se me escapa con la primera oportunidad que pilla}

{-i***t! Si, quiero hacerte gritar, veras que no te puedes sentar en una semana Señor Rector}

{- Si me lo pintas asi acepto}

{-Perfecto, ponte guapo nos vemos en el goya a las siete}

{-Te extrañaré, precioso}

Leo solo pudo negar con la cabeza, cuando conocio Sergio penso que era homosexual por todas las cosas que le decia, pero coco a poco cuando lo fue conociendo comprendio que era simplemente su forma de ser. Para él fue un choque cultural conocer a Sergio.

Animado, se puso Leo en marcha, tenía un plan…