Cada año, en la academia de modelos, la tía Grace me escogía como la tutora de las chicas nuevas, para que les enseñara y las guiara en algunas cosas, entre ellas la sesión otoñal.
Jamás tuve un problema con nadie dentro de la academia, las chicas me veían como una figura de autoridad y una buena amiga. Estar de mi parte siempre era lo mejor para todos, así que nadie nunca me llevaba la contraria, o buscaba una discusión conmigo… hasta el día en el que abrimos las puertas para dar la bienvenida a un nuevo ciclo.
La tía Grace estaba muy emocionada con el nuevo reclutamiento de modelos, había conseguido chicas geniales, bonitas, con ganas de aprender y muy agradables. También había contratado a dos fotógrafos nuevos, realmente buenos con su trabajo. Y ese era mi problema.
- Hola, soy Josh – un chico alto y de cabello n***o, bastante agradable a la vista me sonrió y estiró su mano. Cerré la puerta tras de mí y recibí el saludo.
- Bella Summers – sonreí.
- Lo sé, Bella, soy tu admirador – el chico se sonrojó un poco.
- Oh, genial – solté una risita. – Debo suponer que eres uno de los nuevos fotógrafos.
- Sí, madame Parkhill me ha dicho que tú estarías acompañándome las primeras semanas. – echó un vistazo a las veinte chicas dentro del salón, quienes esperaban ansiosas la presentación de la clase. Yo era la encargada de mostrarle a las chicas nuevas la academia y sus clases. Así que en eso me encontraba.
- Harry y yo te ayudaremos, la verdad. ¿Ya conociste a Harry, mi hermano? – le pregunté caminando hasta el chico que coqueteaba con una de las modelos. Me aclaré la garganta y Harry se volteó a verme.
- Bella – sonrió. – Estás aquí.
- No, vengo a un par de cuadras – rodé los ojos. Él soltó una risa y se pasó la mano por el cabello, le guiñó un ojo a la chica con la que hablaba y ella fue a tomar su lugar en el salón. – Josh, Harry. Harry, Josh, el nuevo fotógrafo.
- Un gusto Harry – dijo Josh.
- El gusto es mío. – respondió mi hermano. – Bella, ¿No dijo la tía Grace que serían dos fotógrafos nuevos? Digo, son muchas chicas y no creo que Josh y yo podamos con todas las sesiones.
- No, digo, sí… falta el otro chico y no sé por qué no ha llegado aún. Es…– le eché un vistazo al archivador que tenía entre mis brazos. – Hans White. Y está atrasado, por diez minutos. ¿Deberíamos empezar? Luego debo llevar a las chicas con Pat, y mostrarles el salón de belleza.
- Sí – Harry miró su reloj de muñeca. – Comencemos.
Me volví hacia las novatas, por tercera vez en lo que llevaba de la mañana. Había estado pasando salón por salón junto a ellas, para que reconocieran el edificio, y les había estado presentando las secciones de la academia, ya habíamos pasado por el salón de los diseñadores, y el salón de las maquillistas.
- Este es el salón de Harry, mi hermano. Es el fotógrafo en jefe de la academia. Hay sesiones fotográficas todas las semanas y no pueden faltar, también haremos ensayos y yo estaré ahí para ayudarlas. ¿Vale? Es importante que pongan atención a cualquier sugerencia que Harry o los asistentes hagan, porque les ayudará a mejorar su aspecto en las fotografías y a conseguir contratos. – me detuve para tomar algo de aire. – Este es Josh…
- Stevenson.
- Josh Stevenson, y es uno de los nuevos ayudantes de Harry. Y el otro ayudante aún no ha…
- Permiso – una voz masculina y grave me interrumpió. Me volteé hacia la puerta con el ceño fruncido, porque realmente me ponía muy de malas ser interrumpida. – Lo siento. Continúa. – El chico que estaba en la puerta, era alto, muy delgado, algo encorvado y tenía una expresión aburrida en el rostro. Usaba un simple pantalón n***o y una camisa blanca. Su peinado era de otra época, y llevaba unas gruesas gafas negras sobre el puente de la nariz. Era en pocas palabras, un completo ñoño.
- ¿Tú eres? – quise saber.
- Hans White – respondió sin ninguna expresión en su rostro.
- Llegas tarde, White – reproché. Le lancé una mirada asesina y me volví hacia las chicas. – Bien, como decía, Hans White es el otro ayudante de Harry. ¿Queda claro? ¿Alguna pregunta?
Una chica levantó la mano.
- ¿Cuántas sesiones tendremos por semana? – preguntó con voz chillona.
- Durante los primeros tres meses solo será una a la semana. – respondí. – Luego dos y si pasan las pruebas antes de Marzo, estarán en la siguiente etapa, lo que significa que no solo tendrán sesiones fotográficas aquí sino que también en catálogos, revistas, sitios webs, entre otros. ¿Alguna otra pregunta?
Nadie levantó la mano, pero otra vez, la voz de Hans me hizo voltear.
- Yo tengo una pregunta – dijo con la mano en alto. Ladeé la cabeza, algo sorprendida y confundida, debo admitir. Asentí para que continuara. – ¿Quién eres tú? – hizo una mueca.
Un murmullo recorrió el salón, expresiones de pánico y risas contenidas resonaron en mis oídos y me hirvió la sangre. Harry se tapó la boca con la mano, aguantando las carcajadas.
Él no sabía quién era yo… eso era una especie de sacrilegio.
- Sobrina y asistente de Grace Parkhill. La modelo más cotizada del último año por los diseñadores de alta costura occidentales. ¿Te haces alguna idea? – respondí cruzándome de brazos. Él se encogió de hombros y se metió las manos en los bolsillos. ¡Qué ofensa!
- No, ni idea.
- Bella Summers. – caminé hasta él.
Me miró a los ojos, los suyos eran marrones y en ellos no pude ver nada más que, aunque detesto admitirlo, honestidad. Él realmente no sabía quién era yo, y parecía no impórtale en absoluto. Lo rodeé y abrí la puerta.
- Vamos chicas, querrán conocer a Pat – todas me siguieron por el corredor, hablando muy animadas y contentas, mientras que yo no podía evitar sentirme muy ofendida por el comportamiento de Hans White.
Había fotos mías por toda la academia y decía no conocerme. ¿En qué mundo vivía? Yo había salido más veces en televisión que las Kardashians, o los protagonistas de Jersey Shore. Y él no sabía nada de mí.