CAPÍTULO 7 El corazón de Violeta latía más fuerte que nunca. Su respiración rugía en su ardiente pecho. La irresistible calidez que Leontios había generado en ella se evaporó como el rocío al sol, suplantada por una floreciente excitación. “¡Ayúdanos!”, gritó en inglés. Una explosión sonó detrás de ella, y esquivó hacia la izquierda. “¡Ayuda! ¡Ayuda!” Un grito respondió. “¿Quién va allí?” “¡Ayúdennos!”, gritó y luego se tiró a la arena. A lo lejos, el rifle volvió a disparar. Leontios se abalanzó sobre la espalda de Violeta, cubriéndola con su cuerpo. La bala pasó zumbando por encima de sus cabezas. “Gracias”, murmuró. “¿A quién llamas, Violeta Warren?” Preguntó Leontios, ignorando la cortesía, “¿y cómo sabes que es un amigo?”. “Puedo oírlos. Están hablando en inglés. Inglés bri

