CAPÍTULO 9
Dos horas después, Leontios y Violeta salieron del hotel. Azaan ya estaba en la entrada, de espaldas al río que daba al hotel, mirándolos con una postura ociosa que contradecía su intensa mirada.
Violeta lo estudió, tratando de entender lo que creía estar viendo. Un par de turistas que planean algo tonto y desacertado, sin duda. Probablemente se esté preguntando cuánto dinero puede sacarnos antes de que nos alejemos hacia nuestra perdición. “¿Por dónde empezamos?”
“Eso depende”, respondió Azaan. “¿Qué quieres comprar?”
Violeta reflexionó brevemente. “Ropa adecuada para ir a lo bruto. Este vestido no me hace ningún favor. Una linterna. Comida que no se estropee con el calor durante varios días. Recipientes para el agua”.
“También necesitaré un medio de transporte de mercancí
