Te vendo a mi esposa

Con mis hijos

Claire esa mañana se levantó lleno de energía, había dormido toda la noche y a las seis y media abrió sus bellos ojos color avellana a una nueva oportunidad de vida, se sentía llena de vida.

Se vistió con su traje de deportes color fucsia y n***o, el shorts llegaba a su rodilla dejando ver sus hermosas pantorrillas tonificadas por sus largas caminatas mañaneras.

Llevaba también una banda elástica alrededor de su cabeza color n***o con su cabello recogido en una cola de caballo con su camiseta fucsia ceñida a su cintura moldeaba su esbelto cuerpo, que se veía muy bien a pesar de su edad.

Claire salió trotando suavemente al sendero acostumbrado que estaba cerca a su casa, se lo conocía de memoria; era un hermoso camino bordeado de árboles muy altos creando un clima muy agradable para las personas que a esa hora también tenían por costumbre su rutina diaria de caminatas.

Recorrió el sendero de ida y regreso, llegó a casa hizo su rutina de ejercicios, tomó un rico baño y se dispuso a prepararse un buen desayuno; bajó a la cocina y allí sentado a la mesa ya se encontraba Adam desayunando.

—Buenos días Adam—dijo Claire.

—Buenos días, dormiste bien?—contestó Adam.

Claire se giró lentamente sorprendida de aquel saludo de su esposo y dijo— ¡divinamente! Cómo hacía años que no dormía, gracias por preguntar.

Adam no respondió, siguió en lo suyo como si nada más existiera, Claire se encogió de hombros y se dispuso a prepararse unos huevos con tocino que le encantaban con pan tostado y mermelada y un fresco jugo de naranja.

Cuando terminó de preparar su desayuno, Adam ya no estaba en la cocina, se sentó a disfrutar de su comida y planificar su día tal como lo había pensado la noche anterior.

Una vez terminado su desayuno, fue hasta la salita de estar y empezó a marcar el número de su hija Samantha.

—¡Hola mami, buenos días!—Escuchó la voz de Sam — ¿y esa grata sorpresa? —Dijo Samantha— ¿sucede algo mamá?

Claire respondió—¡Buenos días Sam! Necesito hablar contigo—le dijo— quiero tomar ciertas decisiones y me gustaría que pidieras venir.

Samantha con intriga en la voz respondió—claro mami, ¿Cuando necesitas que vaya?

—Lo más pronto posible hija—respondió Claire.

—Pues, lo más pronto para mí es el sábado o domingo—que no trabajo.

Claire quedó de acuerdo con su hija de ese sábado a las diez de la mañana se encontrarían en un centro comercial cercano a la casa de Claire y allí conversarian.

Así como llamó a Samantha, lo hizo con Adam jr, y con Rebeca; y con sus tres hijos acordó verse a la misma hora y en el mismo lugar. Quizás ella no tenía porque dar explicaciones de su vida a sus hijos, pero en honor a lo que ellos habían vivido junto a ella, quiso participar les lo que había decidido.

La semana fue rápida para Claire, cada día hablaba con Nolan, ahora no esperaba hasta la noche; a veces ella saludaba otras él y siempre Nolan tenía frases amables para ella, resaltando su belleza, coqueteado abiertamente con ella.

Nolan la hacía reír con sus ocurrencias, no podía creer que él, un hombre con un esquema de vida muy diferente al de ella, tuviera tiempo para dedicarle, hablaban más de una vez en el día.

Una de esos días de la semana muy temprano en la mañana le entró una llamada de Nolan.

—¡Hola mujer hermosa!— dijo—¿Cómo amaneces hoy?

Claire sonrió y contestó—¡mejor que nunca caballero!—Quise romper la rutina y hablarte temprano—dijo Nolan — espero no molestar

—¡No chico!—dijo Claire— tu no me molestas, al contrario; alegras mi día.

—¿En serio?—dijo Nolan— hoy andaré entre nubes solo por haberme dicho eso, te dejo mi reina, tengo una reunión hablamos más tarde 

¿si?

Claire le sonrió y dijo— está bien, hablamos más tarde, gracias por llamar.

Claire se levantó muy temprano para no fallar en su rutina de caminar y estar lista para la cita con sus hijos esa mañana.

Escogió un vestido de falda amplia estampado en tonos azules, la parte del talle se ceñía a su cintura resaltando su hermosa figura, haciendo que se viera muy joven, se veía llena de vida.

Llegó puntual a la cita, inmediatamente llegó Adam jr, siempre fué muy cumplido a sus compromisos.

—¡Hola mamá!—saludó alegremente estampando un dulce beso en su frente.

—¡Hola mi amor!—correspondió al saludo de su hijo— ¡ Estás muy guapo!

El río y le dijo—¡Gracias mami!— pero también son tus ojos de amor.

Minutos después apareció Samantha, venía casi al trote por venir atrasada unos minutos, sonrió y les dijo— ¡Hola, hola! Mil disculpas por mi tardanza, no es fácil desprenderse de la nena cuando tengo que salir— dio un suave beso a su madre en la mejilla y otro a su hermano.

—No sabía que Adam jr —refirió Samantha— estaba también citado a esta reunión, ¡ Así que imagino que esperaremos por Becky!

Claire les sonrió y les dijo— si Rebeca también está por llegar, por cierto ahí asoma— dijo Claire—señalando hacia un punto, dónde se veía venir a la hija más pequeña de Claire.

Rebeca venía muy rápido pues si que estaba bien demorada—perdón por mi tardanza—dijo haciendo un mohin con sus labios—¡Caramba no sabía que sería una reunión tan nutrida!—exclamo.

Rebeca saludo a su madre repartiendo besos al aire y abrazándolos luego a cada uno.

Claire suspiró y se dispuso a hablarles del motivo de esta reunión extraordinaria; —tengo un buen motivo para sacarlos de la comodidad de sus hogares—les dijo.

—He estado pensándolo muy bien y he decidido pedir el divorcio a su padre—dijo con firmeza Claire.

Adam fue el primero en reaccionar y dijo—¡caramba mamá hasta que por fin reaccionas!

Claire lo miro con sorpresa, pues no esperaba está respuesta de su hijo.

—Pues sí mamá— dijo Adam jr— tardaste demasiado tiempo soportando a mi papá y sus amarguras, mis hermanas y yo hablamos de eso muchas veces cuando aún estábamos en casa.

Samantha y Rebeca cabecearon afirmativamente para apoyar lo dicho por su hermano.

Claire entonces se relajó y dijo— entonces esto será más cómodo de hablar con ustedes.