Te vendo a mi esposa

Enfrentamiento

Enfrentamiento

Claire giro su cabeza lentamente y lo miro de frente,—¿que es lo que quieres Adam?—Espetó ella—es mi espacio y si decido perder mi tiempo, es eso ¡ " Mi tiempo"!

—No te la pasas echándome en cara todo el tiempo que pierdo en la forja—dijo Adam—tú también pierdes tu tiempo o ¿no?.

—Adam,no sé si estás consciente del lugar donde estamos—le recordó ella —si tienes algo que reclamar, o discutir, ¿puedes esperar y llegar a nuestra casa?

—Yo solo decía— dijo Adam—tampoco es para que te enojes, quiero dormir—manifestó

—Alli está tu espacio en la cama—dijo Claire—Ya puedes ocuparlo.

—¡Gracias! —con ironía le respondió —eres tan amable.

—Ya déjame en paz,por favor—manifestó ella.

—Hasta mañana pues—le dijo

Claire se metió en la cama dándole la espalda, gruesas lágrimas corrieron por sus mejillas, no eran lágrimas de dolor, eran de frustración y tristeza de cómo Adam siempre terminaba tratándola con cinismo, como si ella fuese la culpable de todo lo que él había vivido; poco a poco fue venciendo la el cansancio hasta quedarse profundamente dormida.

Cuando abrió los ojos eran poco más de las siete de la mañana; ¡wow! Se había quedado dormida, volteó hacia donde estaba Adam y el espacio en la cama estaba vacío, vio a su alrededor y afino el oído para ver si escuchaba la ducha y no, el ya se había levantado y salido de la habitación.

—¡Buenos días! —Saludó Claire a quienes estaban en el comedor de la casa.

—Buenos días mamita—respondió Samantha—descansaste mami?

—Si, de hecho se me pegaron las sábanas— dijo sonriendo, ¿has visto a tu padre?—preguntó

—¡Oh si!—respondió su hija— creo anda dando vueltas por ahí.

—¿Ya desayunó?—preguntó intrigada

—Pues cuando baje—dijo Samantha—lo vi andando en la parte trasera de la casa; y no, no ha entrado a desayunar.

—Iré a ver si va a desayunar—dijo con resignación.

—Yo, lo dejaría tranquilo mamá—dijo su hija con fastidio—ven y desayuna conmigo ya deja a papá seguir rumiando su amargura.

—¡Tienes razón Sam!—vamos por ese desayuno.

Y alegremente se sentaron a desayunar, tenía bastante tiempo que no compartía con su hija, así que aprovechando que la pequeña Claire y Philips estaban dormidos, aprovechó para conversar un ratito con ella.

Así estaban en una conversación amena y terminando de desayunar cuando Adam irrumpió en la cocina.

—¿Quedó algo de comer para mí?—preguntó

—¡Claro papá!—dijo Samantha— ven siéntate a la mesa, ya mamá y yo terminamos—asi que tienes la mesa para ti solo.

El las miro y se encogió de hombros y se sentó a la mesa, no sin antes decirle a Claire—apenas termine mi desayuno nos vamos a casa Claire—dijo sin esperar respuesta y empezo a comer olvidando todo lo demás.

— Vamos mamá, te ayudo a recoger tus cosas—dijo Samantha— y a despertar a los dormilones allá arriba.

Ya iban de camino a casa, Claire iba pensativa y Adam ni siquiera se preocupaba como ella se sentía, sólo conducía el auto sin iniciar ningún tipo de conversación, Claire pensó—¿Cómo he podido estar tanto tiempo atada a este hombre? Es un desconocido para mi; él nunca deseo hablar del incidente en el colegio y la injusticia que cometieron con él, ni buscar ayuda profesional, a pesar de que ella estuvo dispuesta a escuchar y defenderlo. Adam se encerró en su mundo sin importar todo lo que había a su alrededor.

Una lágrima rodó por su mejilla, recordando cada momento cuando intentó acercarse a él tantas veces, recibiendo un rechazo severo de Adam, se encogió en el asiento y se dispuso a borrar esos recuerdos tan tristes para ella.

Llegaron a casa, ella entró directamente a la cocina y así preparar el almuerzo, esa fue la vida que escogió, no entendía porque aún derramaba lágrimas por todo lo sucedido en su vida.

Adam entro detrás de ella y dijo— Claire ¿Que está sucediendo contigo?—le dijo— Te he visto algunas noches pegada al teléfono celular y acostándote muy tarde.

—¿Qué estás preocupado por mí?—dijo ella— ¿recuerdas que me dijiste la última vez que discutimos?

—Cómo voy a recordarlo,—dijo Adam— ¿Que tiene que ver eso, con lo que te digo?

—¡Mucho Adam!— gritó— me dijiste: —mantente apartada de mi vida Claire, no deseo que me digas más nada, ¿entiendes?

—Asi que ahora soy yo la que te dice— déjame en paz Adam, así como tú decidiste estar en tu mundo amargo, yo decidí crear un mundo para mí, ¿entiendes?

—¿Ya vas a empezar con lo mismo?— dijo Adam

—No Adam, sólo quiero aclararte que mi tiempo lo dedico a buscar amigos en las r************* —dijo Claire con tristeza—porque no tengo con quien hablar, con quién reír y pasar un rato fresco.

—¿Y crees que allí encontrarás a alguién que se interese en ti?—dijo amargamente— Claire, ¿acaso eres idiota?— ¡Ni siquiera sabes si las personas con quiénes hablas son reales!—gritó

—¡Y que me importa si son reales o no!—dijo ella con tristeza—Tú eres real y mírate, casi no me diriges la palabra, me ignoras la mayoría del tiempo, solo vives rumiando tu amargura como si nadie existiera a tu alrededor.

—¿Para que hablar de algo que no tuvo remedio?—dijo amargamente Adam— nunca valió la pena ni siquiera mencionarlo.

—Debe valer mucho la pena—dijo ella—para haberte convertido en lo qué eres ahora.

—¡Qué sabes tú!—dijo él —No entenderías nada

—Si no me has dado la oportunidad de ayudarte—dijo Claire—Adam eres mi esposo y se supone que estamos para apoyarnos el uno en el otro

—¡No necesito la ayuda ni tuya ni de nadie!—dijo —y puedes seguir creando amigos es tu problema

—Claro es mi problema Adam—dijo y lo voy a disfrutar sin importarme nada ni nadie,¿Entiendes?

—Haz lo que te venga en gana—le dijo Adam—al final me importas un pepino lo que hagas.

—Ok, eso haré mi querido esposo—dijo Claire con enojo—Lo que me venga en gana, y para no molestar más tu sueño, me cambiaré a otra habitación

—¿Si quieres?— al cabo que ni me importa—dijo—saliendo rumbo a su taller

Claire apretó los dientes y sus puños, dejando que amargas lágrimas rodaran por sus mejillas,las limpio con enojo y dijo en voz alta — me prometí que no volvería a derramar una lágrima por ti Adam Marshall y no lo voy a hacer, ¡lo juro!