El hombre lamentó no contar con una vídeo cámara o haber tomado su celular para grabar, porque el rostro de la mujer definitivamente era todo un espectáculo.
—Mo…Moi…—La mujer se quedó sin habla por unos segundos, con sus ojos abiertos de manera desmesurada—, ¿Eres ese Moisés Reyes, el hijo de doña Lucinda?
—El mismo que viste y calza, señorita Jazmín —declaró con burla.
—Ven Moisés, te llevo a tu casa ¿Ya lograste ser un exitoso pianista?—preguntó con curiosidad. Tomando una de sus maletas y rodándolas para llevarla al auto —. Aunque aún no te veo en las revistas.
El joven la vio, sintiendo de nuevo la irritación de hacia un momento, antes de poder responderle, ella recibió una llamada, le hizo seña para que subiera las maletas mientras se apartaba.
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