—Mamá, después no vayas a decir que te estoy faltando el respeto. Me cité para tener sex0 con ella ¿Contenta? —la señora Lucida se puso roja con una mezcla de ira y vergüenza. Tomó un palo de escoba e iba a darle unos palazos a Moisés. —¡Sinvergüenza! Falta de respeto ¿Cómo te atreves a decirme eso a mí? —expresaba indignada. Moisés corría para evitar que su madre lo golpeara, aunque le causaba risa su actitud. —¿Para qué preguntas si no te va a gustar la respuesta? Insististe en que te respondiera a pesar de no querer hacerlo. No puedes culparme, tampoco golpearme, si lastimas mis manos truncaras el futuro de tu hijo —se detuvo esperando su mamá se convenciera con sus palabras. Para su alivio fue así, ella dejó de perseguirlo, mientras respiraba aceleradamente. —No estás

