Salimos del hospital con sonrisas, Abby era una niña perfecta, la acosté en la silla de bebes que había instalado en el auto de Emiliano, Roy me pidió las llaves, quería que estuviera pendiente de ella, ya que él no sabía cómo reaccionar si ella tocia o algo. Hicimos algunas paradas en una tienda de bebé por cosas para Abby que según yo hacían falta y que Amy aun no había comprado, después paramos en la tintorería para recoger el traje que Emiliano utilizaría en la ceremonia en honor a Amy el día de hoy. Llegamos a mi casa, la tome en brazos y la subí a la que sería su habitación, tenía una cuna blanca, gavetas blancas, incluso su cambiador era blanco. Era el color favorito de Amy, las paredes fueron pintadas de rosado, con pequeños círculos de colores. La deje durmiendo en su cuna, c

