Capítulo II

1614 Words
—Bien, aún tengo muchas cosas por enseñarte —dijo con su dedo índice recorriendo su pecho ocasionando que L-05 gruñera—, que definitivamente tenemos que hacer antes de que venga mi tía. L-05 arqueó una ceja curioso y Catarina rió divertida halándolo a su habitación. Hizo que se acostara en su cama y él soltó un gemido de placer haciéndola sonreír. —Esta es muy suave. Cat le guiñó el ojo antes de quitarse la camisa. —Se llama cama y es donde tú y yo pasaremos mucho tiempo. — ¿Por qué…? —balbuceó sin entender a que se refería su compañera. Sin embargo cuando vio a Cat deshacerse también de su pantalón y gatear por la cama hasta llegar a él se quedó mudo. No entendía que era lo que le pasaba pero quería tenerla cerca, tocarla… De pronto un recuerdo lo golpeó. Cuando apenas tenía14 lo habían drogado por estar incontrolable pero al despertar escuchó unos ruidos muy extraños en su habitación y al abrir los ojos vio incrédulo algo muy extraño, un hombre yacía sobre una mujer, ambos desnudos, ambos jadeantes, ambos sudando. La mujer lloriqueaba mientras ambos se movían acoplados, L-05 enfureció, él pensaba que el hombre le hacía daño hasta que ella habló. — ¡Sí, tómame! ¡Más fuerte Carl! Entonces la curiosidad en él se acrecentó aún en el pasar de los años él no entendía que habían estado haciendo ese par de humanos, pero se veía… placentero. —Te fuiste a otro lado —susurró Cat acariciando con sus labios su cuello y enseguida él se estremeció—, ¿Quieres que te enseñe que hacen dos personas que se aman? Sin hablar él asintió entonces Catarina comenzó a desnudarlo poniéndolo nervioso ¿Ella quería hacer lo que hicieron esos humanos hace años frente a él? No evitó el gruñido haciendo que ella levantara la vista sin entender que sucedía. — ¡No soy humano Catarina! ¡No me obligues a hacer cosas de humanos! Acto seguido se levantó dejándola perpleja, él lucía tenso y nervioso. —Eres humano solo modificaron tu ADN, no logro entender que quieres decir. Pero de sobra ella sabía que los cambiaformas no se veían a sí mismos como humanos. —Eso que quieres hacer —dijo con las mejillas encendidas—. Es solo para humanos. Catarina frunció el ceño antes de curvear sus labios en una sonrisa conocedora. —Eso que quiero hacer es el amor —le guiñó un ojo levantándose hasta estar una vez más frente a él—, y lo hacen solo los que se aman realmente, y yo te amo cariño. Él arqueó una ceja y su cara inocente la hizo sonreír. —Yo también te amo gatita, siento ser un ignorante estúpido. — ¡No vuelvas a llamarte de esa forma o me enojaré! —Sonrió—, ya te dije que todo lo que quieras saber yo te lo enseñaré. L-05 sonrió y la atrajo a él para besarla una vez más, sin embargo para la sorpresa de ella le arrancó el sujetador liberando sus senos y con su dedo índice y pulgar capturó su pezón acariciándolo. —Otra cosa amor… —gimió sin poder evitarlo—. Debes tomar un nombre para que seas ciudadano griego, ya que no sabemos dónde naciste… ¡Dios, aprendes rápido! Lloriqueó cuando L-05 capturó su piel tierna en su boca. —Voy a llamarme como quieras, ahora, enséñame a hacerte el amor. Catarina rió empujándolo a la cama otra vez y cuando él se quedó ahí le arrancó los pantalones viéndolo finalmente desnudo ya que muy poco los cambiaformas solían usar ropa en los laboratorios, mucho menos bóxers por lo que para la mayoría como L-05 eran una molestia. Cat se mordió el labio encantada con lo que veía y entonces deslizó sus bragas quedando desnuda también. Los ojos de su hombre la miraron con toda la adoración que sentía por ella devorándola con lentitud casi abrumadora. — ¿Por qué me siento así gatita? Sus ojos brillaron de alegría al mismo tiempo que con picardía sabiendo a qué se refería. —Porque estas excitado. — ¿Excitado? —preguntó confundido mientras sus manos comenzaron a deslizarse por los brazos de ella. Cat contuvo la respiración por unos segundos impulsada a estar más cerca de él se deslizó sobre sus piernas hasta que estuvo con totalidad sobre su hombre, sus pieles colisionando hacían que se erizaran aún más cuando sintió la dureza de L-05 en su vientre. Entonces se le sonrió embelesada cuando las manos de él llegaron a su cintura acercándola a su pecho con una rudeza que le encantaba. Había estado esperando ese momento desde hacía muchísimo tiempo, tenerlo por completo y en total libertad donde ambos estarían seguros, era aún más maravilloso de lo que hubiera imaginado, no había nadie en el mundo a quien quisiera entregarle esa parte de ella, solo él. Y desde que había conocido a L-05 lo había sabido, él era el amor de su vida, la única persona que lograría que fuera feliz. Con lágrimas en los ojos lo abrazó sintiéndolo tensarse. — ¿Qué pasa gatita? ¿Te lastimé? —preguntó preocupado. Y fue esa preocupación la que hizo sobresaltar su corazón, lo amaba y él la amaba a ella, ya no había motivos para retrasar lo inevitable. Ella negó con la cabeza para luego mirarlo y tomar su boca en un abrazador beso. —Solo… necesito que me ames y no me dejes nunca —susurró en sus labios al borde del llanto. Aquel era el momento más íntimo y hermoso que en su vida había tenido y no se arrepentía de haberlo compartido con él. Cuando una lágrima se deslizó por su mejilla él la capturó con su lengua de una forma erótica que la hizo temblar. —No hay nada en este mundo que me aleje de ti, eres lo único que amo en este mundo. Su boca comenzó a hacer un recorrido desde sus mejillas hasta la punta de sus pies, sus manos la tocaban con dulzura pero inevitablemente su roce la encendía de una manera poco sana, ya no aguantaba, lo quería en su interior reclamándola, haciéndola su mujer en todos los sentidos. Por ello cuando sus dedos estuvieron en su monte Venus Catarina se arqueó contra ellos en una invitación silenciosa, él la miró y ella notó que el color verde de sus ojos había desaparecido casi por completo y en su lugar un color n***o oscuro la devoraba como el fuego arrasaría con la madera, ya no había escape, su lado animal había hecho su acto de presencia aunque a ella no le importara demasiado, por el contrario, quería tentar a la bestia hasta dejarla llegar al borde. Fue así como llevó una de sus grandes manos hacia su pecho izquierdo mientras que sentía la otra descender hacia su sitio prohibido. Reprimiendo un gemido se mordió el labio sin embargo su control fue olvidado cuando para su sorpresa la boca de L-05 bajó por completo a su entrepierna y sin pudor comenzó a lamer como si en ello se le fuera la vida. Gimió deleitada de todo lo que le hacía y supo que L-05 en esos momentos era puro instinto porque bien sabía que él no había sido seleccionado como sujeto de cría, era un asesino feroz con solo 17 años por lo que optaron por esperar su madures y solo enseñarle las distintas maneras de matar. Sus manos automáticamente se aferraron a su cuello no queriendo que escapara de entre sus piernas mientras que L-05 gruñó con fascinación y satisfacción al sentirla, sus manos seguían torturando uno de sus pechos a la vez que la otra acariciaba su clítoris con algo de rudeza, su lengua se adentró en su sexo de una manera tan placentera que en ese momento Catarina no pudo evitar el grito de éxtasis que la embargó, no obstante necesitaba más, mucho más… Le haló el cabello a su hombre, buscando llamar su atención y cuando él posó su vista en ella se sintió estremecer, lucía tan masculino, fiero y dominante que estaba fascinada. —Dios, necesito… Pero antes de que culminara de hablar L-05 se irguió sin soltar su clítoris, y su cuerpo la cubrió por completo, él era puro instinto y fuego. Su boca la atacó con un beso salvaje que trajo la felicidad de ambos, Catarina comenzó a mover su cintura entorno a él y un gruñido emergió de la garganta de L-05, rápidamente dejó su clítoris y enseguida ella soltó un sollozo inconforme pero él no se apartó por demasiado tiempo cuando lo sintió hundirse en su calor arrancando un gemido de entre dolor y placer. L-05 se tensó de inmediato y cuando iba a dar marcha atrás las piernas de Catarina lo rodearon sin dejarlo escapar. —No —susurró aún adolorida abrazando también su cuello con sus brazos—, no te alejes. —Te hice daño. Su voz sonó mortificada, oscura y muy ronca ocasionando que se humedeciera más si era posible, pudo ver que él tampoco se quería alejar sin embargo el remordimiento y la culpa también pintaban sus fracciones, él pensaba que le había hecho un daño irreparable. Sintiendo la ternura y el amor golpearla lo besó en los labios atesorando su sabor. —Es norma estar adolorida, nunca había intimado —dijo sonrojándose—, además… eres muy grande. Cat notó el brillo en sus ojos y entonces en ese momento se desató la pasión. Cuando entró otra vez en ella la mordió marcándola como su mujer, su compañera… su todo.
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