Capítulo 18: Una cosa peluda

1481 Words

El amor me odiaba, yo odiaba al amor. Pero había algo más que me odiaba y yo le odiaba de la misma manera: al mejor amigo del hombre, dizque, a los perros. Doris Córcega Aguilar detestaba a los perros. Este era uno de mis mayores secretos porque muchos son los que sienten repulsión hacia los reptiles, muchos son los que odian a los roedores. Tener de mascota a una serpiente o a un hámster, era un tema debatible y que si te causaba repelencia, era comprensible para la sociedad. No los perros. Para la mayoría de las personas los canes eran ángeles caídos del cielo, un cumulo de inocencia, lealtad y fidelidad. Para mí no. ¿Origen de mi repelencia a los perros? Un perro me había mordido de pequeña, un poodle, pero las secuelas en mi piel y alma tardaron mucho en recuperarse. Un mes. Fue

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