Ese baile y sesión de llanto, trajo consecuencias, madre e hija fueron llevadas casi por las orejas por Elizabeth al cuarto de maquillaje para retoques. De nuevo. Conmigo terminaron primero, quería salir con mi madre, pero ella dijo que necesitaba descansar un poco, estaba muy cansada. Y con el maquillaje corrido pude ver mejor sus profundas ojeras, también la notaba algo pálida.
La tuve que regañar porque seguramente llevaba en esto de la boda más de lo que vi hoy, no había comido bien y tampoco dormido. La conocía muy bien, era una adicta al trabajo antes de retirarse, se planteó ser organizadora de bodas y mírala ahora. Con promesas de que descansaría, hasta los fuegos artificiales, inevitables esas cosas, me pude retirar.
Al llegar al salón, la fiesta estaba bastante alegre diría y
