Gracias al cielo Aidan olvidó el temita del stripper y pasamos al de las peonias. Pero no por mucho, porque la voz de Carol acercándose interrumpió el tópico completamente normal que estábamos teniendo. —¡Ahora sí de manera oficial! ¡Cuñadaaaaaaaaa! — me grita Carol abrazándome. Correspondo su abrazo y doy palmadas en su espalda — ¿cómo es posible que a estas horas sea que esté hablando contigo ah? ¡Esto es un crimen de lesa humanidad! —Es que fuimos por orden de mesas — ellos estaban en la última de la numeración. Michel lo quiso así para alejar a los niños de los dulces. Algo inútil ya porque veo hacia la mesa con estos y ellos más los de mis amigas están asaltando esa pobre mesa. —O mejor dicho, lo bueno se hace esperar — Carol sonríe y toma por el brazo a su pareja que está llegando

