Supuestamente hoy no podría venir a almorzar a casa, y ese supuestamente era una gran falsedad que había armado para la sorpresa que tenía preparada para Elle. Era cierto que no habíamos tenido mucho tiempo para pasar juntos por mi trabajo, y por sus vacaciones más allá de las comidas, pero eso cambiaría hoy.
Porque mi sorpresa consistía en decirle que no estaría disponible para comer con ella, aparecerme en la casa y sacarla de hecho para comer, lo que sabía más le encantaba, dulces. Podríamos pasar todo el resto del día conversando, y hasta si me lo pedía podíamos ver alguna de sus terribles películas. Después pasaríamos toda la noche teniendo sexo. Ese sexo que extrañaba como si no hubiese mañana y el cual no habíamos tenido oportunidad de disfrutar desde lo del cine.
Para mi plan, es
