Dos años después
“El amor es lo único que da sentido a la vida”
“Necesitamos reconocer y dar espacio a nuestras emociones, aceptarlas y gestionarlas”
“Todos vivimos para ser felices. Yo merezco ser feliz”
“Espero que todos los terapeutas, coaches, psiquiatras y demás doctores a los que les pago, especialmente tú Héctor, sean felices con mi dinero”
“Deja de ser tan cínico Aidan Bryrne”
Todas esas frases habían marcado mi vida por los siguientes dos años de esta, a casi ya tres años de la partida de Elle. Seguía sin saber de ella o buscarla, tal cual sus deseos, y no negaría que seguía pensando en ella cada vez que veía mis piscinas o iba a sentarme un rato a la habitación que había ocupado. Sin embargo, ya había aceptado que no regresaría y que esta era mi vida.
Una vida a la que nec
