Puedo recuperar la conciencia y una luz blanca es lo primero que veo. Al recuperarme un poco más noto que estoy en una camilla. Tengo inmediatamente frio, hasta que una voz preocupada me consuela.
—Tranquila estoy aquí. No te voy a dejar sola – quisiera que la voz fuera de alguien más, pero es la de Andrés.
Observo a los lados y puedo comprender que estoy en un hospital. Me levanto con miedo y lo primero en lo que puedo pensar es en una pregunta.
—¿Le dijiste a alguien de esto?
—No le he dicho al maldito ese Elle. No le diré tampoco lo del embarazo. Tranquila sí.
Andrés está sobando mi espalda con cariño y yo me siento mareada otra vez. Debió malinterpretar mi desmayo.
—¿De dónde sacas lo del embarazo? No lo estoy.
—¿No lo sabias? Pobrecita. El doctor lo dijo.
¿Qué doctor? ¿De qu
