Cinco años como pareja había logrado vivir con Aidan Bryrne. Y si hace quince años alguien me hubiese leído el futuro y me hubiese dicho con quién compartiría mi vida y todo el drama que viviría para alcanzarlo, me hubiese reído con ganas y tenido un chiste que contar a mis hermanos.
Pero no, era real. Tan real como que ese hombre me seguía trayendo loca y sedienta de sexo cada maldito día de mi vida. Sí, sí, lo amaba y no concebía mi vida sin él, pero apartando todo eso, las mujeres tenemos también necesidades sexuales. Y las mías estaban a punto de volverme loca de frustración.
La gota que derramó el vaso fue nuestro primer viaje en familia a Bora Bora. Nuestra especie de luna de miel adelantada a Bora Bora mejor dicho, la ceremonia la tendríamos poco tiempo después de llegados del via
