Ese día aprendí por las malas que no importaba qué tan bonito fuese un jardín de niños, ni que tantas buenas reseñas hubiesen de este. La seguridad era una grandísima mierda. Y que en nada ni nadie se podía confiar cuando de niños pequeños e indefensos se trataba. A mi cabeza vinieron todos esos casos de niños violados y asesinados; de los que eran vendidos por sus órganos y asesinados; de los que eran secuestrados buscando rescates incoherentes y asesinados. Al terminar de ver la grabación me tambaleé en la oficina de la dirección, porque mi cerebro hizo conexión de inmediato con el último escenario. Los chismes de los niños siendo de alguien de dinero estaban por todas partes, pero esta era una zona segura, ¿por qué diablos estaba pasando todo esto? ¿Dónde estaban mis hijos? ¿Estaban s

