Ese beso con Aidan me tenía en las nubes. Así como su actitud, era una nueva oportunidad para nosotros, lo sabía. Debía aprovecharla, pero una posible reconciliación como pareja necesitaba madurez. Esta vez sí lo haríamos todo bien. Nada de mentiras o huidas. Básicamente debíamos seguir de la misma manera, sanándonos y aprendiendo a ser padres en conjunto. En otros temas, seguía en pie eso de que comprase un departamento, la única modificación a mi plan era que Aidan deseaba que estuviese cerca de su casa. Que los gastos correrían por su cuenta de ser así, por la importante diferencia de precios. Lo cual era tonto, porque la compra igual él la pagaría pero como era por retroalimentación de pensión… bueno… él fue el que se dio como voluntario. Quedamos en ver departamentos con su condic