CAPITULO TREINTA Y UNO

1295 Words

**ALONDRA** Entré a casa con la mochila morada al hombro y cara de “todo está normal, no hay nada que ver aquí”. Ella estaba en la cocina, como siempre, organizando los frijoles como si fueran diamantes. La escena era tan cotidiana que parecía sacada de una película en la que la protagonista no tenía mucho tiempo para prepararse. —Hola, mami —dije, con tono angelical, intentando sonar lo más inocente posible. —Hola, hija. ¿Dónde estabas? —En casa de Biby. Estudiando. Mucho. Muchísimo. —Nivel “me duele el cerebro”. Soy una mentirosa con la calificación más alta Ella me miró con esa mirada de rayos X que detecta hasta las emociones escondidas en el calcetín, y que siempre me hace sentir como si tuviera un cartel gigante que dice “ENGÁÑAME”. —¿Y por qué tienes cara de que hiciste algo q

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