**MARCUS** Alondra es una plaga. Una que apareció sin invitación y parece empeñada en quedarse, como esas manchas de café que se filtran en documentos importantes y los arruinan para siempre. No la conozco, ni me interesa conocerla. Con verla una sola vez en esa fotografía que circuló discretamente por la oficina, y escuchar los comentarios susurrados sobre cómo lo mira, cómo lo contradice sin decirlo, cómo Alexander sonríe cuando menciona su nombre, sé todo lo que necesito saber. Alexander está distraído. Y cuando él se distrae, los números tiemblan. Las decisiones se alargan como reuniones sin agenda. Las oportunidades se escurren entre los dedos como arena fina. He visto cómo revisa el teléfono durante las juntas, cómo su atención se fragmenta justo cuando necesitamos que esté complet

