CAPITULO CATORCE

1247 Words

**ALEXANDER** El día había sido un infierno en toda regla. La tensión en la oficina era palpable, como una tormenta a punto de desatarse. La cara de mis socios, Ricardo y Marco, reflejaba la misma preocupación, sus ojos llenos de disculpas y nerviosismo, pero sus palabras solo servían para aumentar mi furia contenida. La discusión sobre la pérdida de aquella tecnología tan crucial para nuestro proyecto parecía no tener fin. Cada argumento, cada excusa, sonaba hueco y vacío en medio del caos que se había instalado en el despacho. Una rabia incontrolable me invadió, un deseo vehemente, casi animal, de acabar con ellos. En ese instante, la advertencia que me había dado resonó en mi mente como un eco persistente: no bajar la guardia, no ceder a la autocomplacencia, porque la competencia, imp

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