**ALONDRA** Nunca he sido de las que pierden el control, ni loca bebería alcohol con un desconocido en una ciudad en que puede pasar cualquier cosa. Pero fingir… fingir se ha convertido en mi estrategia, en mi as bajo la manga, en mi escudo invisible contra el miedo y la incertidumbre. Es una máscara que me permite explorar lo prohibido sin que el temor me consuma, sin que mi corazón se desborde en un caos que no puedo controlar aún. Más cuando visualice a Alexander, mi macho alfa. Así que, cuando Henry me ofreció la copa, sonreí como una niña traviesa, con esa mezcla de inocencia y picardía que solo se revela en momentos de secreto. La tomé, la acerqué a mis labios y apenas los humedecí, sabiendo que ese pequeño acto era mucho más que un simple trago. Él, demasiado ocupado en ser enc

