**ALONDRA** Le conté sobre la feria tecnológica, sobre los pasillos infinitos llenos de innovaciones que parecían salidas del futuro, sobre los productos que había visto y tocado y analizado con ojo de experto. Le hablé de Alexander y de cómo mi recomendación no solo había sido escuchada, sino que había sido crucial para las decisiones de la empresa. —Mamá, tú deberías haber visto mi cara cuando vi todas esas tecnologías —le dije, gesticulando con las manos como siempre hacía cuando me emocionaba—. Era como estar en una tienda de dulces, pero para nerd de la tecnología. Y yo, tu hija, elegí lo mejor de todo. —¿Sí? —me preguntó, con esa sonrisa que siempre me hacía sentir como si fuera la persona más importante del mundo—. Cuéntame todo, mi amor. —Elegí lo mejor, mamá. Lo mejor de lo

