– Estas perfecta – acarició sus hombros y me duele ver como se encoje con mi caricia. La acerco un poco ala cascada con la regadera manual enjuago su cuerpo lleno de lodo, se encoje mas aun. – Hablame por favor – suplico. Solo quiero que vuelva ami. Ella niega y esconde su mirada. Cierro el grifo y me meto yo primero, tomo su mano y ella sigue perdida, pero entra al insistir tras unos tirones en su muñeca, me siento y ella me da la espalda, abraza sus rodillas descansando su cabeza en ellas. Me muevo con cautela, y poco a poco empiezo a masajear en sus hombros con mis manos, ella se encoge cada vez que repito el proceso, algo cambia cada vez que la toco, su cuerpo se relaja, hasta que se apoya en mi pecho respirando regularmente, beso su frente sin detenerme, la hago volverse poco a poco

