Me tomó de la mano y me arrastró con ella fuera de la casa.
– No puedo creer, lo que acabas de hacer. – por dios me quería reír y vi que ella también, debía aprovechar esta oportunidad, estaba incómoda y roja, si se pudiera verse al espejo como yo la veía… suspire por fin. había vuelto, no del todo, al menos durante el día ya parecía desde hoy ella misma.
– Por dios yo no puedo creer que hayan dudado asi de ti… sobre todo Mitkel… te está tratando como…
– Un humano – la interrumpí.
– Es que se han vuelto locos – no pude contener mi sonrisa y la carcajada explotó de mi boca, tuve que cubrirme con un puño para no reirme más.
– Te estas burlando de mi – intento sonar seria, pero también quería reírse y la estaba conduciendo por un buen camino.
–No eres virgen – le solté en una carcaja
