– ¡Jesus! – suspira bajando el arma, – ¿Cómo es que?... ¿Desde cuándo? – Hemos vivido entre ustedes por generaciones, peleado en sus guerras por este planeta. – ¿Y tú?... ¿Qué? – Soy un traidor... Al menos eso creen los vigilantes y sus cazadores, si me quedo aquí sin hacer ruido me daran por muerto y podré irme. – ¿Y si no? – Entonces prepare a su flota para una evacuación o muerte. – Supongamos, que Te creo. ¿Ahora que? – Convenza a sus soldados que no hablen de mi, mienta, use su mente irracional en su contra, quienes no decidan hacer caso y sean de mente abierta, puede ofrecerles lo que sea. Todos tienen un precio. Incluso puedo entrenar a un grupo para un ataque inminente. Soy un guerrero – digo con orgullo – La muerte está grabada en mi alma. – De acuerdo... ¿Qué hago con

