CAPÍTULO 32.-3

795 Words

Por eso, hace días le pedí a Portia con discreción que me trajera lo que necesito y ella me trajo dos kits en una caja sellada, sin hacer preguntas, sin emitir juicios. Los dejé en mi habitación, en un cajón que casi nunca abro. Los olvidé por unas noches. O fingí olvidar. Pero ahora… ahora están de nuevo ahí, pesando como una deuda pendiente. Respiro hondo. El aire entra lento, con dificultad, como si mis pulmones también se resistieran a este momento. Giro la silla y salgo del cuarto en silencio, sin mirar atrás. Recorro el pasillo hasta mi habitación. La puerta cede bajo mi mano. Todo está en orden e intacto. La cama hecha, las cortinas corridas y el cajón del escritorio cerrado con llave. Saco la llave del bolsillo y la introduzco con una torpeza que me frustra. El clic metálico me s

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD