POV. Nicoló. No hay nada. Ni sonido. Ni forma. Ni pensamiento. Solo una oscuridad que me arropa como una manta gruesa y húmeda, que se adhiere a la piel y pesa. No sé si estoy dormido o muerto. Tal vez las dos cosas. El tiempo no existe en este sitio. Es como estar suspendido en una nada infinita hasta que abro los ojos. No es como en las películas. No hay un suspiro agitado ni una sacudida repentina. No abro los ojos con claridad ni reconozco el mundo de inmediato. Es más parecido a emerger desde lo profundo de un pozo sin fondo. Una oscuridad densa, silencio líquido, es como una sensación de ahogo invisible. Mis párpados son plomo. Se sienten como si llevaran años cerrados, cosidos, endurecidos por el olvido. Pero… lo hago. Los mantengo abiertos cuando un destello de luz se cuela

