Estaba tirada en el sofá de una forma que mi madre llamaría indecorosa, bastante aburrida. Para quienes tengan curiosidad, indecorosa en este caso significaba tumbada boca arriba, con una pierna enganchada al brazo del sofá y la otra al respaldo. El hecho de llevar un vestido suelto que se me había subido un poco no mejoraba mi decoro en general. Y estaba aburrida, aburrida, aburrida.
Simplemente estuve jugando con mi teléfono, sin hacer nada, y me sorprendí y alegré cuando el teléfono finalmente sonó.
Hola, este es el teléfono de Debbie y te habla Debbie. Según el teléfono, Vivian me ha llamado. Si es así, hola, Vivian. Si de verdad es su hermano pequeño, lárgate, Paul.
—Sabes que eres realmente rara, ¿verdad, Debbie? —dijo Vivian riendo.
"Lo sé, lo sé. Yo también estoy muy aburrido.
