La primera vez que consigues una niñera, sueles encontrar a una chica del barrio. Una estudiante, generalmente de una familia conocida. Alguna chica que busca ganarse unos dineritos extra para gastar. Con suerte, hace un buen trabajo y sigues contratándola. Si no, murmuras groserías en voz baja y empiezas a buscar a otra. Tuvimos suerte. Charlene, conocida como Charli, demostró ser competente la primera vez que la contratamos. Tenía quince años, era guapa, inteligente y muy trabajadora. Naturalmente, seguimos contratándola e incluso le dimos referencias para otros trabajos de niñera. Esa noche en particular llegó puntual, como era habitual en ella, y se puso manos a la obra para entretener a los niños. Noté que se estaba desarrollando bastante bien y me pregunté distraídamente cuántos añ

