Ni siquiera se inmutó cuando empujé suavemente; sus labios se rindieron con gusto para permitirme entrar. Simplemente se apartó, ayudándome a penetrar más. Había acertado con su falta de virginidad. Me deslicé suavemente, llenándola con suavidad, sin vacilación por su parte mientras hacía su parte, respondiendo a mi embestida con un empuje ascendente.
Por cómo nos movíamos juntos, uno pensaría que éramos amantes desde hacía mucho tiempo. Empecé a acercarme a ella sin prisa, simplemente empujándola con firmeza, y ella me aceptó con la misma gracia y calma. Ambos parecimos acomodarnos para el largo viaje sin comentarios, simplemente disfrutando de nuestros cuerpos.
Mientras nos mecíamos juntos, la besé, sintiendo su respuesta con la misma satisfacción. Acaricié sus pechos, disfrutando de s
