Estaba equivocado, estaba seguro. Tanto moral como legalmente, pero ya no podía hacer nada al respecto. Lo hecho, hecho estaba.
"Vete", dije con firmeza. "Voy a ducharme y a vestirme. Cuando vuelva a salir, quiero que me encuentres ausente".
Me levanté del sofá a toda prisa, mi bata volvió a su sitio, cubriéndome un poco. Él se acercó, levantó un cojín del sofá, le dio la vuelta y lo volvió a colocar en su sitio. Ocultando las manchas de lo que acababa de pasar, me di cuenta, sonrojándome. Salí corriendo al baño.
Ya se había ido cuando volví a salir y enseguida revisé mi vestido. Al menos esas travesuras no lo habían dañado en absoluto, aunque quizá tendría que ajustarle un poco el escote para evitar que se me pasaran las manos. (O quizás no. Ya lo pensaría).
Marie y Brad llegaron a ca
