Han pasado más de cuatro meses desde que me vine a la hacienda para descansar, todos los días hablo con Dimitri quien se está haciendo cargo de la empresa y como hasta el momento lo ha hecho bastante bien, mi carga de trabajo ha disminuido considerablemente, aunque también creo que él se esfuerza demasiado con tal de que yo esté bien. —¿Cómo están las cosas en la oficina Dimitri? —pregunto mientras me preparo para salir a dar una vuelta, me miro en el espejo y veo mi vientre abultado mientras lo acaricio cariñosamente, he optado por un vestido de encaje blanco junto con unas sandalias a juego para estar lo más cómoda posible. —Están bien, ya lo sabes tan tranquilo como se puede, mejor cuéntame, ¿cómo se ha portado ese bebé? —Bastante tranquilo por ahorita, pero ya sabes luego le da por

