Al final lo toco, y para su sorpresa le encantó el contacto. Tenerlo bajo su poder, él la guío indicándole cómo le gustaba ser acariciado lo cual ella aprendió muy rápido. El soltó su mano y la dejo ser, Aurora masajeó el sexo con suavidad y al tocar la punta supo de qué se trataba lo que había goteado sobre su vientre. Demian babeaba a mares, lo que la ayudó a poder propinarle un mejor masaje. Bajaba y subía su mano sensualmente, arrancándole gemidos de placer a su amante. Lo miró a la cara y se fijó que mantenía los ojos cerrados mientras era masturbado por ella ¿Que si le gusto verlo así bajo su poder? ¡Claro que sí! A qué mujer no le gustaría ver a su hombre disfrutar del placer de ser masturbado. El gran Demian Morgan estaba bajo sus encantos en esos momentos y de ella dependía si

