PETICIONES NARRA ALEXEI RHYZOV —El señor Stanislav —responde—. Él dijo que usted había dado la orden de llevarse a la señora Rhyzova a un lugar más seguro... No espero que termine de hablar. Corto la llamada y como un loco... como un maldito desquiciado, comienzo a tirar todo lo que encuentro a mi paso. No lo puedo creer. Todo el jodido tiempo me vio la cara de pendejo. El hombre en el que más confiaba... Mi mano derecha y por el que habría puesto las manos al fuego, creyendo que jamás me pondría el puñal en la espalda. Por supuesto. Por eso jamás resolvía nada. Por eso siempre habían trabas y me estaba envolviendo junto al mismo Petrov, con la idea de que con una boda iba a calmar todo, pero no eran más que artimañas para mantenerme idiotizado y así continuar destruyéndome desde lo

