Después de una intensa noche de pasión en habitación principal de la mansión Esquivel, Amanda y su amante de turno; que era nada más que Manuel, a quien había convencido de que le entregara a su propio hijo cuando naciera. Lo dejó durmiendo y fue a su balcón pensando en todo lo planeado cuando su teléfono sonó. —¿Oriana? ¿Qué haces llamando tan temprano? —Le pareció realmente raro que la llamara a esa hora, sin embargo, hablo calmada. —Discúlpame Amanda, pero es que estoy en casa y no se nada de Manuel. —La chica se escuchaba triste. —Seguro esta trabajando en el hospital querida amiga. —Cuando dijo esto fue a la cama donde este aun dormía, acariciando cada parte de su esbelto cuerpo. —Ese es el caso, llame a el hospital y me dijeron que lo vieron marcharse temprano, tengo miedo que a