–Aún siguen aquí –pasó Sara a mi escritorio antes de irse.
–Sí, no te preocupes que solo vienen a ver qué todo esté en orden –intente tranquilizarla.
–No lo sé –hizo una mueca –. A veces hay despidos.
–Aún siguen adentro –llegó Tom detrás.
–Sí, y nadie será despedido –les aseguré.
Siempre tenían ese tipo de inseguridades cada vez que la junta directiva venía a una reunión con Sebastián. Pues si hubieron unos despidos en el pasado, pero esta vez no era así.
–Eres la favorita del jefe, es más que obvio que tú no serás despedida –escupió Sara, eso me hizo sentir un poco mal y solo bajé la mirada –. Samy, no quise decirlo de ese modo, estoy nerviosa…
–Está bien, Sara –la detuve.
–Nos avisas si hay noticias, Samy –intervino Tom que se dió cuenta de lo que acababa de pasar.
Solamente
