Capítulo 15: Comenzando de nuevo

1214 Words
Suspiré sintiendo un nudo en la garganta. Me sentía estresada, debía admitirlo. —No hay nadie— murmuró Finn. Miré a Félix quién me veía preocupado. —¿En serio te irás sola? —Así parece— aunque no tenía nada en mente. Era un s******o si me iba sin armas. —¿De casualidad no hay un lugar cerca de aquí para abastecerme? —Armas, necesitas armas. Y no hay un lugar así tan cercano. Se necesitan al menos dos días de viaje— hice una mueca mientras escuchaba a Finn. Esto no podía empeorar. —Podemos darte armas— sugirió Félix. —No puedes a menos que vayas con ella— soltó el castaño. —Lo sé— afirmó sonriente. Yo lo miré confundida al igual que su amigo. —¿Estás loco?— soltamos ambos. —No puedes ir conmigo es peligroso. —Concuerdo— Félix levantó una de sus cejas observándonos con seriedad. —No necesito su permiso. Además, Nelly, no estás en posición de negarte a mi ayuda. Ahora súbanse al auto. Regresaremos al campamento a prepararnos.— al decir eso se dio la vuelta y y comenzó a caminar. Finn y yo nos miramos con cara de preocupación y decidimos seguirlo. (...) Al estar de nuevo en el campamento muchos se alegraron al verme de nuevo y pronto preguntaron si me había arrepentido en regresar con mis amigos. Sin embargo, Finn aclaró la situación causando revuelo. Finn me arrastró hasta la carpa dónde desperté y me hizo sentarme. —Debes convencerlo para que se quede. —¿Cómo? —O te vas a escondidas con el equipo que yo te brindaré o te quedas. —No puedo quedarme. —Entonces será la primera opción— asentí. —Por cierto, ¿por qué no quieres que me acompañe?— tomó asiento a mi lado. —El es el líder de este grupo. Si le pasará algo... —Habría un desequilibrio y una gran pérdida— asintió. No sabía mucho sobre azul, aún así recordaba que ese chico era un gran líder. Inteligente, poderoso. Por algo era el portador de un elemento tan valioso. —¿Y tú?— me preguntó. —Le salvé la vida una vez. No quiero que eso sea una pérdida— Finn asintió. —¿Crees que será una buena idea? Pienso que moriré al salir de aquí— admití nerviosa. —¿Por qué no te quedas?— miré sus ojos verdes analizando mi rostro. ¿Quedarme? Eso quisiera, pero este no era mi mundo. Yo necesitaba salir de aquí. Costara lo que costara. Negué con la cabeza soltando una sonrisa triste. —No puedo— el suspiró. —Entonces no irás sola— lo miré sin más a que decir. —Iré contigo. —¿Quieres ir y que no vaya yo?—la voz de Félix nos sorprendió a ambos. —Escuché todo así que no inventen ninguna excusa— asentimos con la vista hacia abajo. —Solo no quiero que te pase algo azul— Félix suspiró. —¿Olvidas quién soy?— el castaño negó con la cabeza. —No me pasará nada. Además no iremos sólo, Tom y Evy se nos unirán. —¿El niño?— pregunté admirada. —Tu también eres una niña— se burló Finn de mí. —Sigue siendo más pequeño que yo. —¿Cuántos años tienes?— me preguntó Finn. —Quince— Finn se rio. —Tom tiene catorce— abrí mi boca admirada, se veía más pequeño. Aunque era de mí misma estatura. —Entonces iremos contigo y no habrá ninguna objeción. —Pero... —Ninguna— soltó Félix finalmente y se fue de ahí dejándome muy preocupada. Las horas pasaron y era hora de comer. Félix me llevó un plato de comida mientras yo lo veía aún preocupada. No quería arriesgar su vida, y menos sabiendo que podía morir. Ahora que toda la historia estaba cambiando no conocía que podría pasar en el futuro. —Oye, no me veas así. Sé lo que piensas pero no seré un lastre en tu camino. Puedo defenderte. Tengo habilidades— sonrió orgullosos de sí. Claro, sabía que podía controlar el agua pero para poder obtener algo de este seco planeta debía herirse a sí mismo. Su poder no era interno como el de Stella, el debía sangrar para convertir ese líquido en agua y poder aumentar sus poderes. No era sencillo. Suspiré. —Sólo prométeme que no usarás esas tus habilidades a menos que en serio sea necesario— el me observó por unos momentos. —¿Qué tipo de habilidades crees que tengo?— me reí. —Marciales seguro— fingí no saber sobre sus poderes. El me sonrió y finalmente comimos tranquilamente. A la mañana siguiente las dos camionetas donde nos iríamos estaban siendo equipadas. Me dieron una mochila con algo de comida y una pistola y cuchillo. Nada más. Todos s despedían del grupo. Asegurándose de no preocuparos y prometiendo que volverían. Sólo esperaba que eso en verdad sucediera. Yo terminé en la misma camioneta con Félix y Finn y los demás en otro automóvil. Me despedí y finalmente iniciamos el viaje Estaba segura que no sería nada fácil por todo lo que nos esperaba al frente. Al menos la situación respecto a los militares ya había sucedido. Según el libro el otro inconveniente que Stella tenía era encontrarse con Mía Robinson. Si ellos siguieron la ruta probablemente a estas alturas ya la debieron haber encontrado. Sin embargo, no estaba segura de nada. Viajamos por dos días, no llevábamos mucha comida por lo que decidimos detenernos por provisiones en el pueblo que Finn había comentado con anterioridad. El lugar era un basurero, autos abandonados, manchas de sangre por donde sea, las farolas de la calle estaban rotas y había basura por donde sea. —Este lugar está peor de lo que recordaba— murmuró Tom. —Ni que lo digas— Finn ajustó su arma. —¿Creen que hayan zombis por aquí? —No lo sé, pero manténgase alerta— todos asentimos. —Nelly, Finn vengan conmigo a la tienda de armas. Los demás, busquen comida. Siguiendo las órdenes de Félix nos adentramos en las calles de aquel pueblo abandonado. Me sentía nerviosa, esperaba no encontrarme con alguna horda que pudiera dejarme paralizada. A estas alturas lo único que quería era despertar de la pesadilla en la que me encontraba. Entonces escuché lo que no quería escuchar. Gruñidos. Muchos gruñidos. Feliz nos hizo una seña para acercarnos lentamente a la próxima cuadra. Nos apegamos a una de las paredes para observar lo que estaba a la vuelta. Caso grito al ver a una horda en medio de la calle. —Tendremos que entrar en la otra cuadra. Este camino es imposible— susurró Félix. Nosotros asentimos y comenzamos a retroceder cuando uno de nosotros, ósea yo, hizo ruido con una lata que estaba bajo la acera. Aquel mínimo sonido llamó la atención de aquellos hambrientos seres. Tragué duro con los labios apretados. Finn me vio como lastre mientras Félix me veía con preocupación. —Corran— soltó Félix tomando mi mano para correr lejos de ahí. Sin embargo, aquellos seres horrendos ya venían detrás de nosotros. Estábamos perdidos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD