Capítulo 20: Mía Robinson

1354 Words
Le conté todo a Félix hasta el más mínimo detalle de lo que sabía y me creyó. El estaba consiente de que cuando nos conocimos el vio a Mina, la verdadera Mina. Pero luego al verme a mí creyó que todo se lo había inventado su cabeza. Ahora estaba seguro de que no era así. —¿Y crees que volverás a ser tú cuando mueras? —No lo sé. Probablemente no. —Eso no es justo— suspiró sentándose a mi lado. —Lo sé— le dije. —Pero espero que sigas buscando a los chicos cuando muera y los Andes en lo que puedas. Dylan sabe lo mismo que tú. Con eso lograrán reconstruir lo que queda de este mundo. El suspiró y cerré mis ojos. En cualquier momento me convertiría en alguna de esas cosas así que sin darme cuenta me quedé dormida. (...) Al despertar escuché unos murmuros. Comencé a abrir mis ojos poco a poco pero veía nublado. Cuatro sombras se proyectaban frente a mí. —¿Crees que este viva? —Apuntale siempre. Fruncí mi entrecejo completamente confundida. Hasta que finalmente regresé a mis sentidos. Para mi sorpresa era de mañana y yo, aún seguía y viva. Y me sentía mejor. —¿Qué pasó?— pregunté. —Eso mismo queremos saber nosotros— habló Tom. —¿Ah? —Ya pasaron más de doce horas y sigues siendo tú.— tragué duro. Mis brazos me dolían debido a la cuerda. —¿Podrían desatarme? —No— dijo Finn. —¿Por qué? —Fuiste mordida por un zombi. Eres un peligro.— suspiré. Diablos esto era injusto. —¿No crees que si estuviera infectada... ya estaría muerta?— le preguntó Evy. —Hay que desatarla— expresó Félix. —¡No!— exclamó el loco de Finn de nuevo. Evy se encogió de hombros y sacó su cuchilla. —Ya deja de decir no— corto el nudo y finalmente me desató. —¿Cómo te sientes?— acaricié mis brazos. —Adolorida. —¡Dios! ¿Qué no ven que es un peligro?— preguntó Finn. Sabía que tenía razón pero a estas alturas dudaba si la mordida de un zombi podía hacerme algo. Miré mi brazo derecho cubierto por la camisa de Félix y con sangre seca. Decidí quitármela y qué sorpresa nos llevamos al ver que la mordida había cicatrizado sin siquiera dejar rastro de infección o algo. Todos me miraron perplejos, incluso yo lo estaba. —Esto es increíble— soltó Tom. Y sí que lo era. (...) Aún en shock arreglando las cosas para partir Aún me tenían en vigilancia debido a que claramente era un espécimen raro. Cuando Félix se quedó solo conmigo me dijo:—¿Crees que tenga que ver.con no eres de este mundo?—me encogí de hombros. Era algo posible. Finalmente en la camioneta, fui llevada en la parte trasera de ella, atada con cables en las manos. Algo que había sido idea de Finn por supuesto. Continuamos nuestro camino hasta que llegamos a otro poblado. Aún estábamos en busca de gasolina sí que bajamos a buscar más. Caminamos un buen rato hasta que llegamos a aún tipo de taller mecánico, de ahí tomamos herramientas necesarias ya l salir, una chica sostenía su arma frente a nosotros. Abrí mi boca perpleja al notar el tatuaje de flecha en su antebrazo. Sólo una persona en esta historia tenía tan significativo tatuaje. Frente a mí estaba Mía Robinson, la portadora del elemento Tierra. Evy y Tom también envían sus armas frente a ella. Claramente estaba en desventaja, sin embargo, conocía lo fuerte y rápida que era. —Tranquila, solo estamos buscando provisiones. No nos quedaremos— ella me miró y de inmediato se fijó en mi brazo herido. —Fuiste mordida— apunto su pistola hacia mí. Los chicos sea alteraron más. —Oye, baja tu arma si no quieres que te dispare—le dijo Evy. —Tienen a una maldita infectada. Ustedes lo harán primero. —¡No estoy infectada! Fui mordida hace más de 12 horas. Soy inmune al virus— ella me miró en blanco, sabía que era algo sorpresivo decirle aquello pero necesitaba sobrevivir. Ya había tenido muchas armas apuntándole en las últimas horas. —¿Inmune?— asentí. Ella tragó duro y lentamente bajó su arma. —¡Chicos! Encontramos comida— Félix y Finn salieron de la nada sonriendo, expresión que cambió totalmente cuando vieron a Mía. (...) Resulta, que Mía tenía su casa en este poblado, elemento que había cambiado en la historia. Recordaba que ella vivía en una gran mansión al menos unos diez kilómetros atrás. Pero según lo que nos comentó una horda y militares hicieron que se moviera de lugar encontrando este poblado libre de zombis. Para nuestra suerte logramos conseguir donde quedarnos a dormir gracias a ella. Los chicos, obviamente estaban dudosos respecto a ella pero luego de ver que era inofensiva, relativamente, la siguieron. Sin embargo, yo volví a sentirme mal, con fiebre y muchos dolores. Creyeron que me convertiría en una de esas cosas de nuevo por lo que me ataron a una cama en uno de los cuartos. En verdad era una pesadilla lo que ocurría, pero mejoré por la mañana. Aún así estaba en observación, los chicos decidieron pedirle permiso a Mía para quedarnos unos días en lo que estudiaban que ocurriría conmigo y Mía, aceptó. En ese tiempo logré notar que Mía era un personaje solitario, con razón se enamoraba de Leo, ya que él le prestaba la debida atención a y la trataba como una chica. Suspiré. Me encontraba en la azotea sentada, mirando el pueblo hasta  que Félix llegó. —¿Cómo te sientes? —Mejor— le respondí. —Me alegra que no te pasará nada peor— sonreí. —En serio Nelly, sin ti no sé que hubiera hecho— sacudí su cabello. —Gracias por no matarme de inmediato— él río. —Gracias por no convertirte en un zombi de inmediato— me reí. Nos quedamos observando la especie de atardecer, verde n***o con toques de amarillo y celeste. El cielo ya no era el mismo desde que ocurrió aquella explosión. —¿Esta chica Mia...— lo miré. —¿Sale en el libro?— asentí. —Ella es la portadora del elemento tierra— murmuré, él me miró con los ojos bien abiertos. —¿En serio?— asentí. —Y la causante del triángulo amoroso en la historia— aplaudió divertido. La verdad me sorprendía la actitud de Félix ante esto. Creí que me odiaría por ocultarlo que estaría de mal humor por vivir e este tipo de mundo, o que estaría maldiciendo a la escritora por sus idioteces en el libro pero para mi sorpresa, Félix se lo tomaba con humor y emoción. Incluso me había pedido que no le contara todo o que no le diera spoilers porque el quería seguir descubriendo lo que sucedería. Aunque si se trataba de la muerte de alguien que él quería que se lo informara para al menos hacer el intento de protegerla. Y yo asentí por completo. —¿Extrañas a tu familia?— asentí. —Mucho, me preguntó que estarán haciendo o cómo estaré yo allá, si perdida o en una especie de coma. —Esto es tan extraño— me dijo. —Bastante, pero necesito respuestas. —Y las encontraras— me dijo. Yo lo observé por unos minutos y cuando iba a decir algo disparos sonaron haciendo eco. Una horda de zombis y militares armados e acercaban a donde estábamos y para nuestra mala suerte nos habían visto. Comenzaron a disparar nos y nosotros nos agachados para salir de ahí cuanto antes. Bajamos hasta encontrarnos con los demás y tomamos lo que pudimos para escapar. Para nuestra mala suerte terminamos separados, en el bosque de nuevo. Aunque esta vez estaba con Félix. Los militares y zombis nos siguieron, tuvimos que recurrir a subirnos en los árboles para escondernos. Y gracias al ingenio de Félix, salvamos nuestro pellejo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD