Jetro no tenía ni idea, pero ese abrazo que le dió a James, cambió mucho en su hermano, y realmente si tuvo el efecto que esperaba, ya que fue lo mismo que él sintió al hablar con su padre.
—¿Estás bien?, si tienes algo que decir, dilo, te apoyaré en lo que necesites. –se ofreció enseguida sin que su hermano le dijera nada lo que llegó realmente a conmover a Jetro.
No había reaccionado bien a lo que le dijo su padre, a la manera incesante en la que su padre insistía en que lo perdonara, y pudieran volver a hacer una familia como eran al principio, en ofrecimiento de James lo hizo darse cuenta que en realidad había estado muy equivocado en todo con su padre, incluso con su manera de actuar en su contra, cuando lo único que quería era arreglar las cosas.
–Solo quería asegurarme de que supieras que eres mi hermano, y aunque a veces suelo hacer un idiota, te aseguro que tú eres importante para mí dijo James –sonrío genuinamente.
Aunque de alguna manera James había sentido durante sus años de adultez que Jetro se había robado a todas las chicas que a él le gustaban, bastó su disculpa para cambiar ligeramente de opinión y creer que realmente las mujeres no los podían separar, que una disputa de mujeres no vale la pena como para perder a su hermano. Después de todo, algo que su padre y sus tíos siempre les habían dicho, era que cuando realmente amas a una persona no tendrás que pelear por ella, sino para defenderla.
–Nuestros padres no están, se fueron a...
–Ultimar detalles para la boda, lo sé –dijo y esto pareció sorprender un poco a James, pero lo disimuló lo mejor que pudo. –de hecho quiero hablar con ellos antes de la preboda, pero por ahora prefiero que mi presencia sea una sorpresa cuando ellos lleguen –dijo y James aceptó.
James había visto en primera fila como sus padres y Alaia anhelaban su ausencia, ya que siempre lo hacían todo juntos, y el que justo en un momento importante para la familia no estuviera, les afectaba.
–dime qué es lo que pasa contigo, te estás comportando demasiado extraño. –insisto ya que esto no es muy común de su hermano, no es de los que demuestra sentimientos.
–¡¡Sabia que vendrías!! –soltó un grito muy entusiasmada Alaia desde la puerta. –sabía que no me dejaría sola en un día tan especial para mí, ¿saben cuánto los quedó chicos? dijo y una vez más esa tú a llorar se desató a llorar
–Pensaba verte al rato, no creí que estuvieras cerca –dijo Jetro intentando disimular su faceta amorosa con sus hermanos.
–Ya no tenemos que esperar, estoy aquí. ¡Abrázame! —dijo y se lanzó a su hermano como cuando eran niños, quien no dudó en abrazarla con fuerza y darle un par de vueltas en el aire.
–Pero deberías estar feliz, ¿porque lloras?, ¿acaso te estás arrepintiendo? –preguntó un poco desconcertado, nunca había visto llorar tanto a su hermana, ella era más fria que él. –¿o fue algo que dije?, ¿qué fue lo que hice? —insiste preocupado.
–No, de hecho el que ella llore en este momento es algo muy comun hoy en día en su vida, no ha parado de llorar desde hace una semana. Ahora ella llora sí es feliz, llora si está triste, llora si se emociona... en realidad llora por todo –dijo a modo de broma y Alaia le dió un empujón.
–no digas eso de mí, o romperé a llorar en verdad –dijo con haciendo pucheros de niña pequeña mientras intentaba secar sus lágrimas.
–No debes llorar –dijo Jetro ayudándole a su hermana a secar las lágrimas de su hermana. – eres demasiado hermosa, valiente e inteligente como para llorar, solo puedes llorar así de la risa, es todo lo que tienes permitido. –le dijo amoroso y autoritario como de costumbre.
–Ese es el Jetro que quería ver –dijo James y era como si todo lo que había pasado últimamente, no hubiera pasado, como si todas las heridas se cerraran y su hermandad estuviera más fortalecida que nunca, lo que estaba bien por su hermana.
–papá estará muy feliz de verte en casa, sobre todo mamá –dijo allá prendida el cuello de su hermano.
–Eso es cierto mamá, ha estado muy triste, ha intentado disimular tanta como ha podido, pero ya conoces como es ella, suele cantar cuando hace algo y cuando escribe se escucha música de piano, pero cuando está triste es el violín y no le hemos dicho nada, pero solamente he escuchado el violín desde que no estás. –dijo James apelando al lado sensible de su hermano.
Esto realmente la rompió el corazón, ya que él no quería lastimar a su madre y le dolía saber que lo había hecho, aún si no quería hacerlo.
–Respecto a mamá, yo... hay algo que quiero pedirte que hagas el día de tu boda –dijo Jetro a Alaia.
–Sí claro, lo que sea, sólo dímelo. –se ofreció enseguida. –Yo lo haré, ¿quieres invitar a alguien a mi boda?, ¿llevar a alguien en especial? –sonrío coqueta. –aceptaré a quien quieras invitar si eso me garantiza tu asistencia. —dijo con nostalgia, no quería hacer o decir nada que pudiera alejar a su hermano.
–No, de hecho... ustedes saben que mamá y papá tuvieron un hijo antes de tenernos a nosotros, ¿verdad? –preguntó y sus hermanos asintieron algo desconcertado, no sabían hacia dónde iba el tema.
–Sabemos muy poco, solo que no pudo nacer por problemas que tuvieron cuando eran jóvenes, es todo. –dijo Alaia.
–¿Puedo ver cómo están arreglada las sillas de los invitados para la boda? –preguntó al área, a lo que ella, sacó su iPad y se lo mostró.
Jetro revisó cada uno de los nombres en la lista, lo cuál fue un poco tedioso en el momento, ya que la lista algo larga y todos permanecieron en silencio mientras él terminaba de revisar los nombres, todos y cada uno de los nombres en la lista.
–¿Qué estás buscando?, no entiendo. Dime, tal vez podríamos ayudar –dijo James intentando ser solidario con su hermano, haría todo por él aún si no entendió para qué lo quería.
–La silla de adelante, esa que va en el lado que va la familia de la novia, me gustaría que pusieras una silla en la que se conmemore a nuestro hermano. Después de todo, él es el auténtico primogénito.
–No lo entiendo –dijo desconcertada, realmente no entendía que era lo que su hermano quería hacer con ello.
—Sé que es tu boda y todo eso, pero también sé que ha afectado mucho la pérdida de nuestro hermano mayor, y se me ocurrió que tal vez, sólo si estás de acuerdo, podríamos poner un lugar extra en la fila principal en la que van las nuestras, justo dónde deberían ir la de nuestros padres, en medio, poner una silla en conmemoración a nuestro hermano mayor, seguro mamá la apreciaría mucho. –Dijo con duda de si su hermana aceptará o no, y Alaia otra vez más rompió a llorar.
—¡¡Hay, por favor...!! , ¿por qué hiciste eso? –lo regañó James tomando pañuelos del escritorio de su padre. –ya la habíamos calmado y ahora otra vez has desatado ese diluvio de lágrimas, y ya no puede seguir llorando, o deberíamos empezar a llorar nosotros también, así evitaríamos un desastre, porque pensaran que los ojos hinchados y las ojeras son parte de nosotros –Dijo y Alaia empezó a reír aún mientras lloraba.
–chicos, yo no he sido el mejor hermano últimamente, y sé que entre la carrera, las fundaciones, el trabajo, hemos estado un poco alejados y lo lamento, quiero decirles que me quiero concentrar más en mi carrera, pero no creo que eso signifique que me aleje de ustedes –dijo él ambos se miraron entre ellos.
–El pasado está ahí, en e pasado, y nosotros ya no estamos ahí. ¿No es así? —le preguntó James a Alaia.
—Estamos creciendo, chicos... estamos tomando rumbo diferentes en nuestra vida y se diente horrible. Ya no quiero crecer... –soltó con nostalgia Alaia, todo a su alrededor cambiaba drásticamente y ella, a diferencia de su hermano quería aferrarse a su pasado, a ese pasado en el que eran niños, felices y que su único propósito era jugar. La nostalgia la invadió una vez más, pero está vez se llenó de orgullo al notar que sus hermanos sin importar cuánto crecían, seguían y seguirían siendo igual de unidos, ya que aunque no había mencionado nada respecto a la discusión que presenció entre su hermano y su padre, sabía que había un trasfondo, y por eso su hermano se habia ausentado todo éste tiempo.