Alejandro está desesperado porque no tiene noticias que le satisfagan, su hija sigue desaparecida, para colmo de males su otra hija no quiere ir a trabajar, el amor la ha puesto nostálgica, es momento de hablar seriamente con ella. Le dice a su esposa que tendrá una charla con Kassandra, no soporta verla de esa manera.
—Hija, abre la puerta, tenemos que hablar.
—Ahora no. No quiero ver a nadie.
—Kassandra deja ese capricho, eres más que eso. Abre la puerta o la tiraré abajo. —Ella abre la puerta.
—¡Dios santo! Que diablos pretendes tomando esta actitud, mírate, no eres la misma de antes.
—Esto es gracias a él, no sé que está pasando, ignora mis llamadas, no hace tiempo para mí. Papá tienes que hacer algo para ese hombre, se case conmigo lo más pronto posible, siento que lo estoy perdi
