HÉCTOR Kassandra no ha dejado de enviarme mensajes de que llegue a su casa, estoy dando vueltas en el mismo sitio, no sé que voy a hacer, en cualquier momento a ella la sacaran de ahí. Nunca había hecho una promesa de la cual me siento agobiado. El celular no deja de sonar, ya han pasado varios minutos de la hora en la cual tenía que estar en su casa. Antes tuve una charla con mi amigo el médico, le hice muchas preguntas de algunas cosas, aunque dudosamente él me contesto. Es hora, subí a mi auto y pase por una farmacia comprando lo que él me indico, no hay de otra, es hoy o nunca. Me estoy arriesgando demasiado por esta joven, que entre más lo medito siento que estoy cometiendo el peor de mis errores, porque si no logro sacarla ellos me atraparán y no sé lo que pase. Llego a la casa, mi

