Capítulo 4

1668 Words
Punto de vista de Nora: Nora sonrió a sus padres al entrar en el restaurante. Ellos ya estaban allí esperándola. Levantó una mano y les saludó con euforia, luego los abrazó muy fuerte contra sí misma. Estaba realmente feliz de verlos, personas que la amaban y nunca la tratarían mal. Extrañaba los días de vivir en una manada rodeada de amigos y personas en las que realmente podía confiar. También sintió, por primera vez en semanas, que Rosa, su loba, había surgido en su mente, eso la motivó un poco más. Había sucedido poco después de que salieran de la manada, y ahora su loba estaba en su mente, feliz de ver a sus padres también. Rosa se quedó en su mente y los observó durante toda la comida. Para Nora estaba claro que Rosa también extrañaba a sus padres y quería verlos y pasar tiempo con ellos. Así que no solo almorzarían, sino que también pediría postre y café. Quizás darían un largo paseo, pasarían más tiempo fuera de la manada y se sentirían normales, supuso, para ella, estar fuera de la vista significaba estar fuera de la mente, y esa era su actitud en ese momento. Habló casi sin parar sobre su carrera y lo bien que le iba, que pensaba que iba a sacar una nota excelente en una de las clases este semestre y eso le emocionaba. No había nada que le gustara más que hablar con sus amorosos padres sobre lo bien que le iba en la universidad. Ellos también estaban orgullosos de ella y de lo bien que lo estaba haciendo en general. Los animó a contarle sobre la vida en la manada, y escuchó que las cosas iban bien para ambos, y luego le recordaron en ese paseo casual por un gran parque que su hermanita Nita cumpliría dieciséis años la próxima semana, y que debería volver a casa para estar allí para la aparición del lobo de Nita en la próxima luna llena, era algo importante. Nora sonrió y asintió con emoción en sus ojos. —Por supuesto que estaré allí; no me lo perdería por nada del mundo. ¿Sabe algo sobre su loba ya? —preguntó. Ella había podido hablar con Rosa tres semanas antes de que ella apareciera. —No, pero sabemos que tendrá su loba en algún momento, igual que tú. —su madre sonrió. —Ahora Nora, ¿traerás a Jace contigo ese día? —le preguntó su padre cuando llegaron a su coche, pero antes de entrar en él. Había logrado mantener la conversación alejada de ese hombre malvado durante todo el almuerzo y el paseo, pero ahí estaba la pregunta que no quería enfrentar, tenía que suceder. —No, lo siento, él estará muy ocupado en un baile de emparejamiento en una de sus manadas aliadas y no podrá rechazar la invitación. —afirmó, y así sería, lo cual era bueno para ella, tendría tres días sin tener que preocuparse de despertarse y encontrarlo tocándola o algo similar. Había logrado evitarlo algunas veces diciéndole que tenía que estudiar y eso ya era un logro, y simplemente se quedaba en la biblioteca de la manada, e incluso había dormido allí algunas veces para evitarlo, solo para evitar ir a la cama en la suite del Alfa. Él le había lanzado una mirada molesta en cada ocasión que pudo, pero ella apartaba la vista de él y murmuraba una disculpa de "Lo siento, me quedé dormida mientras estudiaba". Inclinaba la cabeza ante él como lo haría un buen m*****o de la manada, aunque sabía que era algo que una Luna nunca teníamos que hacer con su Compañero Alfa. Él no le había dicho que no hiciera eso, probablemente quería que fuera sumisa y se inclinara ante él en todo momento, le mostraba que tenía control sobre ella, que era lo que ella quería que él creyera. Así que él pensaba que estaba obteniendo todo lo que quería, su Compañera y su Luna también. Solo que ya no tenía su corazón, que se estaba volviendo frío y llenándose de amargura en lo que a él respectaba. Esta excusa para no ir a la cama con él porque se había quedado dormida mientras estudiaba, era su tabla de salvación dos o tres noches a la semana. Algunas veces le había mentido descaradamente, y le decía que estaba pasando el rato con algunas chicas teniendo una noche de películas en el teatro de la manada, que no la esperara para nada de nada. Él simplemente desconectaba el enlace mental con ella cada vez que hacía eso, aunque ella sentía su molestia a través de ese enlace antes de que se cortara. No podía embarazarla si no estaba en su cama, y ella pensaba que eso era lo que le molestaba realmente. Considerando que era todo lo que él quería de ella por lo que ella tenía conocimiento. Nora también sabía que realmente no tenía que preocuparse de que él intentara averiguar lo que ella sentía, a través del vínculo de compañeros, porque a él no le importaba en absoluto saber lo que ella sentía. Todavía tenía que soportar que él estuviera con Gloria, y eso le recordaba cada vez que a él no le importaba en absoluto. Ahora era a diario, a veces más de una vez, realmente era un bastardo de Compañero. Solo esperaba que él tuviera el sentido común de no hacer nada con esa loba hoy. Cuando estaba allí con sus padres, no podía evitar soltar un siseo de dolor en el primer momento en que él tocaba a Gloria. Nunca sabía cuándo iba a suceder y no podía evitar su reacción. Podía soportarlo unos segundos después, pero sabía que sus padres entenderían exactamente qué era, si la escuchaban sisear de dolor sin razón. Su Gamma se había detenido y la había mirado una vez, hace solo dos semanas, cuando ella había jadeado de dolor al caminar por el pasillo hacia la biblioteca. Él había estado caminando por el pasillo con un libro en la mano, sus ojos en la página que le interesaba, cuando lo había escuchado y levantó la cabeza de golpe. Sintió esos dolores de traición punzar su labio inferior y se preguntó si Jace había besado a Gloria o pasado su pulgar por su boca. Había sido breve, afortunadamente, pero ella realmente se había mordido el labio y había hecho sangre. Había mirado a Matt, su supuesto Gamma, pero en realidad, él era de Gloria, y su atención repentina e indivisa estaba en ella. Ella murmuró. —Me mordí el labio y sangré. —lo cual era cierto, podía saborear la sangre, y luego se alejó de él apresuradamente, antes de que él captara algo más de ella. No necesitaba que él intentara consolarla cuando sabía lo que su propio Alfa le estaba haciendo. No quería tener nada que ver con ninguno de ellos ni que ese Gamma intentara consolarla cuando tampoco le importaba realmente. Nora vio a su padre fruncir el ceño ante su respuesta. Él había esperado que dijera que sí, porque qué Luna viajaba sola a su manada de origen sin su Compañero Alfa. Era prácticamente inaudito en su mundo. Los Alfas eran criaturas posesivas y protectoras, y proteger a su Luna era su máxima prioridad. Se preguntó distraídamente qué pasaría si la manada fuera atacada y ella no estuviera en la casa de la manada. ¿Gloria simplemente la cerraría sin ella adentro? Probablemente sí, pensó después de solo un minuto. Si ella no existiera, Jace sería todo suyo y eso era lo que Gloria quería. —Él está muy ocupado. —esbozó una sonrisa. —, tiene ciento treinta años y todo dentro de su manada está planificado con meses de anticipación, así que a veces no se puede evitar, es todo. Lo entiendo. —declaró, y logró una sonrisa adecuada para ambos, su madre y su padre. —, le diré a dónde voy, y si tiene preocupaciones, estoy segura de que se encargará de que tenga una escolta completa. Pero sé que no me negará ver a mi hermana transformarse por primera vez. Es importante en todas las familias ver a tus hermanos transformarse y vincularse con sus lobos. Su padre la miró por un momento, y luego simplemente asintió lentamente. —Está bien, nos dirías si algo estuviera mal, ¿verdad? —preguntó. Ella sonrió y se dio la vuelta. —¿Luzco poco saludable? —sonrió, aunque había perdido algunos kilos que podrían atribuirse a un nuevo y vigoroso vínculo de pareja, toda la actividad en el dormitorio que estaba ocurriendo. En realidad, se había adelgazado un poco y su figura, que había sido más llena al conocer a Jace, ahora era más lupina, delgada, firme y estupenda, aunque no por las razones que todos pensaban. Ambos padres asintieron, ella no se estaba marchitando, a pesar de que su Compañero no la amaba. No, ella se mantenía obstinadamente firme, no se desmoronaría mientras estuviera en esa manada. No, esperaría hasta que todo hubiera terminado, y se iría donde él nunca pudiera ver que la había lastimado en absoluto. Sería fuerte hasta el amargo final, y le mostraría incluso después de que se hubiera ido que habría sido una formidable Luna, pero él no se había preocupado por amarla y apreciarla. Iba a hacerle sufrir la pérdida de ella en sus propios términos. Luego iba a hacer algo con su vida y ser una mujer fuerte e inquebrantable y mostrarle lo que había perdido. Él tendría remordimientos cuando la viera años después de que todo hubiera terminado. Abrazó a sus padres para decirles adiós y caminó de vuelta a su coche. Se sentó allí. Se preguntó si debería pasar toda la tarde y parte de la noche lejos de la manada. Afuera tenía a Rosa con ella, y era una sensación muy agradable. No la había sentido en semanas. Estar lejos de ese lugar era bueno para su loba. "¿Rosa?" dijo.
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