Capítulo 7

1801 Words
Punto de vista de Nora: Había llegado a casa bien entrada la noche y se encontró con lo que parecía ser un Alfa muy molesto. Lo miró y le preguntó —¿Qué sucede? —mientras intentaba pasar de largo sin hacer mucho contacto visual, preguntándose por qué estaba molesto con ella ahora. No lo sabía realmente, no lo había visto hoy, ni siquiera había desayunado con él. —Simplemente desapareces de la manada y no le dices a nadie a dónde vas. Eso es muy irresponsable de tu parte. —gruñó él con una voz, cargada de molestia, agarrándola del brazo para detenerla, sin importarle su molestia. —¿De verdad? ¿Estabas preocupado por mí en realidad? —le respondió ella mirándolo directamente con una expresión de sorpresa. Él había pasado el día en la ciudad, probablemente si le hubiera importado en absoluto. Habría podido sentir que ella misma estaba en la ciudad. Pero claramente no había tirado de su lazo con ella ni una sola vez durante todo el día. —Por supuesto que lo estaba. ¿Qué Pareja no estaría preocupado cuando su Pareja simplemente deja la manada y se va por todo un día y la mitad de la maldita noche? —gruñó él sin apartar la mirada. Nora desvió la mirada más allá de él hacia donde podía ver a Gloria apoyada contra una pared justo afuera de la oficina del Alfa, observándolos a ambos sin hacer nada, viendo cómo Jace se abalanzaba sobre ella a la vista de toda la manada, una pelea entre el Alfa y su Pareja para que todos la vieran que no todo estaba bien. Vio la boca de Gloria torcerse en una esquina y supo que esa loba se lo había mencionado a él y que esa era la única razón por la que él sabía que ella había estado fuera todo el día, y lo más probable es que ella quiera que nosotros peleemos. Gloria, pensó, que estaba tratando de instigar una verdadera pelea entre ellos, pero a Nora no le importaba discutir con su Pareja, en realidad no veía la necesidad. Sin embargo, a Gloria le gustaba ver cómo Jace la trataba tan mal y más si era frente a los demás. Disfrutaba de ello, eso era lo que Nora estaba viendo en ese momento. Podría borrar esa sonrisa de suficiencia de la cara de esa zorra sin problemas, ofreciendo acostarse con él para que todos lo escucharan, a modo de disculpa, pero era su cumpleaños y no quería arruinarlo para sí misma realmente. Sus ojos volvieron a Jace, y lo miró hacia arriba. Ese ceño en su rostro ahora, que ella era, era casi una constante ahora cuando la miraba. Ella no era lo que él quería, y lidiar con ella no era algo que él quisiera tampoco, supuso, pero tal vez él pensaba que necesitaba ponerla en línea y recordarle quién estaba en control de ella, siendo él su Alfa. Ella le frunció el ceño de vuelta. —No entiendo por qué dices que estabas preocupado. —sacudió la cabeza, sonando confundida, y luego sacó su teléfono. Había muchos miembros de la manada mirando la escena que se desarrollaba ante ellos, en el vestíbulo de la casa de la manada. Casi dos docenas de ellos, ella navegó por su teléfono y frunció el ceño aún más. Luego lo miró de nuevo, con un ceño completo de confusión en su rostro para que todos lo vieran. —Nunca me llamaste para preguntar dónde estaba. De hecho, la única llamada que recibí hoy fue de mi madre. —le dijo, y giró la pantalla para mostrársela, mostrando su registro de llamadas. —, no me llamaste, tu unidad no me llamó, Gloria tampoco me llamó. —lo miró directamente cuestionándolo. —, si estabas preocupado por mí, ¿entonces por qué no me llamaste? —le preguntó, poniéndolo en aprietos para que todos lo escucharan. Vio cómo se giraba hacia Gloria y le fruncía el ceño. Oh, así que Gloria había afirmado haberla llamado por preocupación por su paradero, ¿verdad? La estúpida perra no pensó que Nora tuviera el valor de confrontarla. Todo lo que había visto era a Nora siendo sumisa y manteniéndose al margen de todo lo que estaba sucediendo, que se había escondido, una chica asustada y solitaria que no sabía cómo manejar lo que pasaba a su alrededor respecto a su pareja. Tenía a esta manada creyendo que iba a soportar todo lo que su Alfa le hacía, tenía a Gloria creyéndolo también, al parecer, lo cual era bueno para Nora. Le dio un toque en el brazo cuando él no respondió a su pregunta. —¿Jace? —preguntó. —, ¿Por qué estás tan enojado conmigo, gritándome frente a la manada, cuando tú mismo no estabas tan preocupado por mi paradero? Porque si lo estuvieras, me habrías llamado tú mismo, ¿no es así? —dijo para que todos allí lo escucharan. Sus ojos volvieron a ella. —¿Dónde estabas? —preguntó, aunque de una manera mucho más calmada, notó ella, había controlado su temperamento, viendo que ella lo había confrontado, y sabía que tenía razón, pero había ignorado su pregunta por completo, porque no podía responderla y ella lo sabía. —Estuviste ocupado hoy, todo el día. Tuviste entrenamiento por la mañana y luego desayunaste con tu unidad y Gloria, y luego te dirigiste a la ciudad para trabajar, supongo. —ella detalló su horario tal como lo había visto. Asegurándose de que él y la manada supieran que ella sabía con qué estaba lleno su día, sabía dónde estaba su pareja. —Así que, me fui por el día. Tomé café y pastel sola, y luego paseé por los jardines botánicos, cené allí en el restaurante sola, porque te escuché decirle a Gloria que tenías una reunión para cenar y que volverías tarde, cuando ella te acompañó a tu coche esta mañana. —le dijo simplemente y con honestidad, era lo que había visto. Vio cómo su ceño se profundizaba ante sus palabras y su larga explicación de lo que no solo él había hecho, sino también lo que ella había hecho consigo misma todo el día de hoy. Él no entendía por qué le estaba diciendo todo. Sin embargo, ella podía ver que él estaba pensando en sus palabras, tratando de averiguar por qué, y vio a Matt mirarla directamente, y levantó la mano para detenerlo cuando vio que se daba cuenta de lo que ella estaba sintiendo. Enojada era como se sentía, y estaba pensando en que era su cumpleaños. Eso era todo lo que él estaba obteniendo de ella y nada más. Había aprendido a proteger sus pensamientos durante los meses, así que para él todo esto se trataba de que ella tenía que pasar su cumpleaños sola. Que su propio compañero ni siquiera sabía que era su cumpleaños. —Déjalo, Matt. —le envió por el enlace mental al Gamma de Jace. —, no es asunto tuyo. Vio a Matt fruncir el ceño ahora y Jace se volvió para ver con quién estaba enlazando mentalmente, y la miró de nuevo. No pasó por alto la mirada furiosa que le lanzó a Matt como advertencia para que se mantuviera al margen. —¿Qué está pasando? —Jace le espetó. Ella se rió entre dientes. —Hmm, esa es una muy buena pregunta ahora, ¿no? —asintió y se dio la vuelta y se alejó de él. ¿Por qué debería decirle algo si a él no le importaba en absoluto? —Nora. —gruñó él. —, puede que seas mi Compañera, pero aún tienes que explicarte conmigo. Ella dejó de caminar al pie de las escaleras y se giró para mirarlo directamente, sabiendo que los miembros de la manada todavía los estaban observando. —Bien, ¿realmente quieres saber? —le preguntó con firmeza y vio algo parpadear en su rostro, no sabía exactamente qué era, había dejado de intentar entenderlo hace meses. —, salí a celebrar mi cumpleaños sola. —lo declaró para que todos lo escucharan. —, hoy cumplí veinte años, así que salí sola a comer pastel y cenar. Porque tú… —murmuró y realmente escuchó el quiebre en su voz mientras una parte de su determinación se resquebrajaba con lo que estaba a punto de decir para que todos lo escucharan. Vio cómo su expresión facial cambiaba ahora al darse cuenta de por qué había dicho todo y cómo lo había dicho, porque a él no le había importado en absoluto, y ella quería que lo supieran. —Estabas demasiado ocupado, aún no me has dicho feliz cumpleaños. —le dijo, y sintió una lágrima arder por su rostro, la limpió y se dio la vuelta y subió las escaleras, alejándose de él. Escuchó muchos jadeos provenientes de los miembros de la manada. Todos sabían que a los Compañeros les gustaba celebrar cumpleaños y aniversarios. Les daba la oportunidad de consentir a su Compañera. Lo que ella había hecho era decirle a todos que a él no le importaba ni siquiera saber cuándo era su cumpleaños. Que, de hecho, había pasado el día, como ella sabía, con su unidad y Gloria, y luego en la ciudad lejos de ella. Que, de hecho, la había dejado sola todo el día y luego tuvo el descaro de preguntar dónde estaba. ¿Y luego gritarle frente a todos, y para qué? Por querer celebrar su propio cumpleaños. Ella había visto toda su vida cómo su Alfa en su manada de origen había tratado a su Luna en su cumpleaños. Había flores y regalos, un día entero solo para los dos juntos. Él la agasajaba y toda la manada le deseaba un feliz cumpleaños al cruzarse con ellos. Ella no había recibido nada de eso, y aunque no había esperado nada de ese tipo de cosas de él, e incluso sabía que la fiesta de cumpleaños de Gloria ya se estaba organizando, iba a ser grandiosa por lo que había escuchado. Muchas flores y música, baile, una gran fiesta solo para la Luna en el salón de baile. Toda la manada estaba invitada a venir y bailar toda la noche. Lo ignoró mientras él la llamaba. Era demasiado tarde, ni siquiera podía decir que planeaba sorprenderla con un regalo o algo. Ella se había asegurado de que él entendiera, de que ella sabía que él no sabía cuándo era su cumpleaños. Que no le importaba. Demonios, el hombre ni siquiera sabía o sentía que Rosa estaba enterrada profundamente dentro de ella a diario. Que prácticamente no existía dentro de esta manada. Podría ser considerada sin lobo dentro de esta manada, no es que él lo hubiera notado.
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