Capitulo 4

1931 Words
Agnes Karsson Mi primer día de trabajo promete ser peor que mi primer encuentro con mi nuevo jefe, mi prima dice que es un arrogante sin remedio y que debo tener cuidado, porque su antigua secretaria se fue gracias a su constante coqueteo, y dado que ella tenía novio, se fue para evitar tener problemas en casa. Aunque esté no sea mi caso, igualmente lo menos que quiero es un romance en la oficina, soy parte de muchos chismes para agregarle uno más. Me muevo por mi habitación hasta llegar al baño, aún es temprano por lo que no tengo que correr para llegar a tiempo, me doy una ducha rápida dejando que el agua caliente recorra mi cuerpo, estoy tan sumergida en mis pensamientos que no me doy cuenta cuando suena la puerta. Salgo del baño envolviendome en una toalla y luego camino a la puerta dado que al parecer la persona detrás de ella es insistente. Al abrirla me quedo de piedra, al ver a nada más y nada menos que Marcus Lindberg. ¡Y estas pintas que llevo yo! —¿Se le ofrece algo?—mis ojos verdes van a los suyos mientras me pongo tras la puerta. —Vine a buscarte para ir a trabajar—sus ojos me miran con picardía. Frunzo el ceño cerrando la puerta en su cara. Aún no estamos en horario laboral y básicamente me obligó a aceptar el trabajo, no se la pondré tan fácil, además ¿Que hace viniendo a mi casa? Está demente. Me doy mi tiempo de vestirme y maquillarme para luego desayunar un yogurt que tenía en la nevera. Tarareo una canción mientras me dirijo a la puerta y al abrirla me encuentro con mi jefe de frente. Casi me ahogo con el yogurt y me quedo mirándolo por un momento antes de pasarle por el lado. Escucho sus pasos siguiéndome hasta llegar al estacionamiento donde carraspea a mi lado. —Te llevo. —El autobús es cómodo—suelto antes de empezar a caminar y solo escucho un bufido de su parte. —¿Va a ser así de testaruda para trabajar también?—pregunta y yo me detengo de golpe. —¿Le pedí que me contratara?—hace silencio—eso pensé. Minutos después me subo al autobús y el se va en su auto, al llegar a la empresa la recepcionista me mira con su cara de amargada sin dejar de masticar el chicle en su boca, sus ojos de arpía me observan con envidia mientras camino hacia el ascensor, está vez, mostrando mi carnet de empleada. Por mi puede envidiar todo lo que quiera, no elegí estar aquí, es más, no entiendo porque no darle el trabajo a cualquiera de estas mujeres, seguro alguna es igual de competente que yo para ese trabajo, pero no, los dos hombres tenían que pelear por quien conseguía que trabajara para ellos. Lo único bueno del asunto es que me pagarán mucho más, y podré abrir mi boutique en tan solo unos pocos meses, ese siempre ha sido mi sueño, mi madre siempre me apoyó con ello, el hecho de que yo quisiera forjarme un futuro con lo que más amaba hacer era un orgullo para ella, y siempre le agradeceré por ello. Fue mi impulso para todo el trayecto en mi estudio y después de eso. Su muerte y la de papá fueron devastadoras tanto para mí cómo para mi hermano, ambos nos enfocamos en cualquier cosa que pudiera hacernos olvidar nuestro dolor, porque si, nunca sano, y si dejamos de hacer algo la herida sigue abierta y escociendo como si fuera el primer día. Lastima que todo se dió tan mal, mis padres, las personas más amorosas que he conocido sufrieron un accidente el año pasado, cuando todo ocurrió tuve que pagar todos los gastos funerarios y además lo que mi hermano necesitaba para irse del país. Es por ello que aún me falta para mí boutique, sino, ya estaría todo en marcha, pero los sacrificios a veces son necesarios para hacer felices a los que amamos, aunque duela en el proceso. El dolor nos enseña que las cosas buenas tienen que ser valoradas, porque todo pasa, tanto lo bueno como lo malo en algún momento se acaba. —¿Por qué estaba en la empresa el día que la llamé? Si no era para ser contratada—escucho a mis espaldas haciendo que me lleve una mano al pecho. —¡No es tu problema! Además, no llegues así, asustas. —¿Tan feo soy?—se burla sin dejar de mirarme. Ay si, hágase el que no sabe que todas van dejando baba por donde pasa. —Déjeme trabajar, a eso vine ¿no? Suspiro una vez se abren las puertas del ascensor y lo dejo hablando solo, su silueta se pierde y me pregunto por donde llegará a la oficina. Mi prima quien estaba dentro del ascensor me recibe con una sonrisa pero está se borra al ver mi expresión de fastidio. —Alguien no amaneció de buen humor. —Con tu jefe tocando la puerta de mi casa a plenas siete de la mañana, si, estoy de excelente humor—el sarcasmo es notable en mis palabras a lo que Selene calla. Sabe que es mejor dejarme vivir mi momento de estrés hasta que me adapte al trabajo. Al llegar al siguiente piso nos recibe nuestro querido jefe quien sonríe con burla al verme. —Hoy tengo una reunión con los diseñadores, me gustaría que fueras conmigo—dice y yo frunzo el ceño. —Soy tu secretaria, puedes ir con Selene, no tengo porque acompañarte. —Te pagaré lo suficiente como para que en el trabajo hagas lo que yo mande—y el machismo por delante... Me trago mis palabras y asiento sentandome en mi puesto de trabajo, tal vez sea bueno unirme a los diseñadores para aprender más de ello, después de todo, en eso trabajaré cuando tenga mi propia boutique. Crear mi marca será una de las cosas más hermosas que haré, mi emoción por ver mi sueño cumplido dentro de poco me hace feliz, y sé que mi madre lo estaría también. (...) —Vamos—dice Marcus pasando por mi lado a la hora del almuerzo. —Aun no es hora de la reunión. —¿Puedes dejar de poner objeciones y acompañarme?—pregunta y yo suspiro levantándome, llevando solo mi teléfono dado que no se a donde vamos. Salimos de la empresa y el me abre la puerta de su auto, lo observo con una ceja alzada a lo que el responde abriendo más la puerta del auto. Respiro profundo antes de entrar sin tener idea de a dónde vamos. Me mantengo en silencio mientras maneja, sin querer armar una guerra entre nosotros, ya de por sí no nos soportamos pero tendremos que vernos la cara todos los días, así que por mi bien debo dejar de ser tan arisca. Una vez nos estacionamos echo un vistazo afuera, estamos en un restaurante de comida mexicana. —¿Que...? —tenemos una reunión con una diseñadora, tal vez la conozcas Emma Johansson. Abro la boca con asombro sin poder creerlo, esa mujer es mi admiración, no puedo creer que este a punto de conocerla. Evito mostrar mucha emoción pero Marcus lo nota y sonríe divertido. —Veo que la conoces. Asiento emocionada y ambos bajamos del auto, camino a su lado está vez más animada que las demás veces que me ha tocado respirar el mismo aire que el y una vez entramos en el restaurante puedo decir que es precioso, el aire mexicano le da un estilo inigualable, nunca había venido aquí, pero sin duda, amo todo esto. Y no puedo esperar conocer a emma. Tal vez de aquí salga la oportunidad de crear diseños con ella para mí boutique. Nada me sacará de ese sueño, hacer grande mi marca y diseños. Una vez Marcus habla con un camarero no puedo evitar observarlo, más allá de su actitud arrogante debo admitir que es muy guapo, de perfil se ve aún mejor, y cuando te mira parece que quedarás tiesa. Pero no, ya hace mucho me deje llevar por unos ojos bonitos, y no dejaré que ningun millonario vuelva a jugar con mi sueño y corazón. Mucho menos gente como Marcus y Liam, ambos buscan primero sus intereses, y sobre todo, lo que más les importa es el poder, algo que yo no comparto, no es lo más importante, una persona se aprecia por lo que es, por sus valores y principios, lo demas es una añadidura de lo que es. Y nada cambiará mi forma de pensar, mucho menos de ellos, porque si hay algo que tienen en común Marcus y Liam, es que ambos tienen un solo pensar: Triunfar y ganar. Y por lo que pude notar a ninguno le importa usarme para ello. Por eso dije que no sería el capricho de Marcus. Salgo de mis pensamientos al ver que el camarero nos guía hasta una mesa, allí está Emma, la mejor diseñadora de Estocolmo. —Es un placer poder reunirme con usted.—saluda Marcus a Emma—Ella es la chica de la que le hablé. Me quedo congelada al escucharlo e intento procesar sus palabras pero no lo logro. Solo sonrio. —Agnes Karsson, un gusto conocerla—me recompongo del shock sentandome junto a Marcus a quien quiero matar por no contarme nada de esto y aún más que no se de que se trata. —Me dijeron que eres una excelente diseñadora, podremos trabajar muy bien juntas para los próximos diseños de Lindberg Inc. Parpadeo intentando procesar toda la información y asiento dándole una mirada rápida a Marcus, quien sonríe inocente. Me puso entre la espada y la pared para que hiciera lo que el quería sin opción a negarme. Es un completo idiota. Es aquí donde no veo la diferencia entre Liam y el, ambos quieren usarme para lograr sus objetivos, solo que no me dejaré enredar en sus juegos. Haré un buen trabajo pero no permitiré que se metan en mi vida. —Será un placer trabajar contigo Emma, siempre te he admirado, y a tus diseños, espero podamos aprender la una de la otra. Emma al escucharme mueve su cabellera rubia con estilo. —Por supuesto que si querida. Y así nos damos un estrechon de manos y sellamos el acuerdo. Pero desde ahora mi tarea será hacerle la vida imposible a Marcus, no se saldrá con la suya, no cuando me ha puesto entre la espada y la pared más de dos veces en solo tres días. Y lo que falta. Porque al parecer no se da por vencido, y yo tampoco. Empezó la guerra y yo no estoy dispuesta a perder, si el quiere obligarme a cumplir con sus objetivos, por lo menos tendrá un poco de pelea, y aprovecharé cada oportunidad para mí propio beneficio, así como ellos lo hacen. Porque aunque quiera ser la mejor persona, debo cuidarme de caer otra vez en la trampa de los millonarios, porque una vez caí, en las mentiras, engaños y falsedades, años en los que no tuve una vida y opinión propia, pero todo eso acabó. Y si tengo que luchar conmigo misma para tener voz y voto lo haré, porque si, pueden ser muy atrayentes, pero nada detendrá que cumpla mi sueño, nada ni nadie. Mucho menos otro CEO con ganas de salirse con la suya a costas mías.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD