Agnes Lindberg
Llegó el gran día, acomodo mis manos temblorosas detrás de mi espalda mientras saboreo el desayuno lleno de azúcar que le pedí a Alicia quien aparte no deja de correr de un lado a otro ayudando a todos quienes se preparan para el evento, mi boda empezará a las 4 de la tarde y ya son las diez.
Mi organizadora esta echando fuego por la boda ya porque estamos atrasadas, aun así le dije que no quería arreglarme tan temprano, he pasado lo últimos dos días temblando del miedo, un mal presentimiento sigue alojado en mi pecho desde el día en la playa.
Todo ha estado muy tranquilo pero no logro quedarme con ello, solo puedo pensar en lo cerca que está ese sujeto de nosotros y lo dispuesto que está a perjudicarnos.
Si algo he aprendido desde que mis padres murieron es que el m
