Capítulo 12.

1414 Words
Camino por los largos pasillos de la universidad, mis pasos resuenan y las risas de los estudiantes hacen eco, Nika a mi lado habla y habla con Mari y Nara, mientras que yo solo mantengo en silencio. Estoy un poco cansado. —¿Estás de acuerdo? —Parpadeo varias mirando a las chicas. —¿Perdón? — —¿Estás de acuerdo en salir hoy tambien con Aurora y Bianca? —Muerdo mis labios y niego. —Hoy no puedo, tengo una cita — —¿Con quién? ¿Con mis hermanos? — —Para nada o bueno es algo así, tus hermanos quieren comprar algunos cuadros— —Entonces seremos solo nosotras — Sonrió un poco y achicó mis ojos al salir al exterior. Aurora y Bia son dos chicas muy hermosas que conocimos hace poco y han traído un poco de licor a nuestra vida. Mucho picor con sus problemas de amor. Aunque ninguna de nosotras queda atrás. Me separó de ellas despidiéndome, a lo lejos observo a Branden y suspiro con pesar. Aunque ya se quien es y algunas cosas fueron resultas no puedo acercarme. Debo permanecer como si aún no recordará nada, debo hacer que no lo recuerdo. —Hola .—Saludo a mi hermano que me recibe con una sonrisa. —¿Quienes son esas dos chicas? Sin bellísimas—Me río mientras me coloco el cinturón de seguridad. —Son amigas, así que comportate ¿Quieres?— —Solo digo, ambas son hermosas — —Si lo son, pero una tiene novio y la otra está enamorada de alguien, así que no — Enciende el auto mientras bufa haciendo una mueca. —¿Todas tus amigas están ocupadas? — —No todas .—Le doy una sonrisa divertida y Enzo niega. —Ni loco, me basta y sobra que mi pequeña hermana quiera entrar en la familia Valgort, yo no quiero eso — —Yo tampoco— —Claro, seguro no se te iluminan tus ojos cuando los ves o seguro no son los ojos de ellos los que tantos dibujas — Lo miró con seriedad mientras él se ríe. —Era lo único que recordaba, sus ojos, el color de ellos, su extrañes no es algo que se ve todo los días, además mientes, mis ojos no se iluminan, solo lo dices porque los ves cuando la luz da con ellos — —¿Ahora quién está mintiendo? — Ambos nos reímos. Luego de un rato ninguno dice nada, cierro mis ojos intentando recordar más, necesito hacerlo. Porque siento que he perdido años de mi vida que no logró recordar por más que deseo hacerlo. Ambos bajamos del auto y ahora que él cielo no está teñido de gris logró apreciar más la galería de arte de los Valgort. Su fachada es de un color gris opaco, con inmensos ventanales, todo iluminado y desde afuera se logra ver los cuadros, a medida que nos adentramos en la propiedad, todo se vuelve tan acogedor, me siento como en casa. —¿Mamá no vendrá? — —¿No te lo dijo? —Niego —Esa señora, salió a un vieje de negocios, está en Brasil, también quería unas vacaciones, dice que la “agobiamos” como si fuera cierto, ella no puede vivir sin nosotros — Unos inmensos muebles se hacen presentes de color n***o dando un contraste tan artístico con el azul verdoso de adentro. Una mujer alta, morena de cabellos negros nos recibe con una sonrisa. —Los señores Valgort estarán aquí pronto — —Gracias — Le doy una sonrisa y me siento siguiendo a Enzo. Al poco rato ambos llegan con un porte tan asfixiante y atrayente que simplemente no puedo apartar mis ojos de ellos, van vestidos a la medida con un perfectos e impecables trajes negros sin corbata. Cada paso de ellos es tan magnético, su mirada seria, pero dócil al verme, esa pequeña casi imperceptible sonrisa que me dan. —Sam .—Me levanto, cuando se acercan y ambos me envuelven en sus brazos. Mi corazón empieza a latir como loco, me encanta cuando ellos me tocan. Los miro y mis sentimientos rebosan, me encanta pagarlos, porque sé que yo soy la única que siente algo. Los miro y aprieto mis manos con fuerza, cuando pienso en amor y en como ambos me gustan, siento una fuerte opresión en mi pecho que me hace caso imposible de respirar. —Sam— —¿Si? —Llevo mis ojos rápidamente hacia el portador de la pregunta y él que me habla es Niko o creo que es él. —Nos encantan tus cuadros Sam, pero.—Respiro hondo, se lo que va a decir—Te vuelves muy repetitiva, es como si no quisieras salir de lo que ya conoces, sentimos que ya extra limitas — No es que yo lo haga por gusto, pero tener parte de tu memoria en blanco como un lienzo no es hermosa, siento que no logró crear, no logró saber exactamente quien soy y en eso envidio demasiado a Nara, ella sabe quién es, mientras yo, yo no sé quién soy. No digo nada, no sé cómo responder, esto es algo que mi profesor de arte me ha dicho demasiado, hasta el cansancio. —Lo tendré en cuenta — Es lo único que pronuncio. —Pero como te decimos amamos tu arte, así que es nuestro — La reunión termina y en ese momento el ambiente cambia totalmente, se vuelve más agradable. Ambos se dan una mirada y luego ven a mi hermano que al parecer lo comprende. —Al buen entendedor, pocas palabras — Mi hermano se levanta y cuando estoy por hacer lo mismo soy rodeada, levanto la mirada y ellos me miran con tanta intensidad que siento que perderán la compostura. —¿Sabes cuánto nos duele que no recuerdes tu promesa? — —¿Promesa? —Susurro conteniendo el aliento cuando uno de ellos pasa su dedo con tanta delicadeza por mi labio inferior, mi corazón empieza a latir con tanta rapidez, que por poco y me puede dar un paro. —Si, promesa — Promesa, es lo mismo que me dijeron hace algunas semanas. Dice el otro mientras acaricia mi cuello, ambos están recostados a la mesa, mirándome y tocandome. Tragó saliva ¿Desde cuándo tienen tanta confianza? Mi piel arde cuando alejan sus manos. Muerdo mi labios inferior y escucho perfectamente cuando hablan en italiano, más no les entiendo nada, me miran y sonríen. —Ahora debes cumplir con la promesa — —¿Qué clase de promesa era? — ¿Cómo puedo decir que ambos me gustan cuando no se quien es quien? — —Yo soy Nikolay .—Al parecer leen mi mente—Me puedes reconocer por esto.—Toma mi mano, su enorme mano blanca envuelve la mía y la lleva hasta su rostro, me levanto olvidándome como se respira, deja mi mano al lado de su mejilla izquierda —Tengo tres pecas aquí — —Y yo .—Nikolas toma mi otra mano dejándola en su mejilla derecha, que no se den cuenta como me tiemblan —Yo las tengo en la parte derecha. Ambos me sueltan y estás caen como pedo muerto. Sam, mantente de pie. —Y la promesa o parte de ella, era ser nuestra novia, porque si, Sam, a ambos nos gustas — Abro los ojos y siento mi cara arder, ambos me miran con intensidad, doy un paso atrás y luego otro, pero rápidamente soy acorralada por los dos y un sentimiento de miedo me abruma, pero al ellos tocarme con tanta ternura lo dominan. —Nos gustas, Samra Hervet, de una forma tan fuerte y asfixiante, que si leyeras nuestras mentes, estamos seguros que huirias de nosotros— —Pero no llegarías tan lejos, porque jamás lograrás escapar de nosotros de nuevo, eres nuestro pajarito, solo nuestro— Puedo escuchar perfectamente mi corazón latir y como mi piel arde por donde ellos tocan, cada roce, cada acaricia hace que mi mente se nuble y se llene de mucho deseo, deseo de amor y tranquilidad, de paz y confianza y por primera vez desde que me di cuenta de lo que siento por ellos, deseo de todo corazón que sea cierto que les gusto, porque quiero estar con ambos aunque tenga mucho miedo. Italiano. —il nostro uccellino, solo nostro—nuestro pajarito, solo nuestro
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD